Conozca a los fan谩ticos de las aves: Cuervo Americano

El experto en c贸rvidos, John Marzluff, escanea cerebros de cuervos con el fin de descifrar el misterio de lo que hace que estas aves inteligentes tengan tanto 茅xito.

Nota del Editor: los miembros de la familia del cuervo, conocido como c贸rvidos, son algunas de las aves m谩s inteligentes del mundo. Algunas son capaces de utilizar herramientas, realizar trucos, ense帽ar cosas nuevas unos a otros, incluso llevar a cabo 鈥渇unerales鈥. Y, sin embargo, todav铆a hay mucho que no sabemos acerca de estas fascinantes y a veces confusas criaturas. 驴Qu茅 sucede en el interior de la mente de un c贸rvido? Tres principales cient铆ficos est谩n encontrando respuestas.

John Marzluff | Cuervos Americanos (a continuaci贸n)

Tim Shields | Cuervos Comunes

Nicky Clayton | Arrendajos  

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Los cuervos de su vecindario conocen su cuadra mejor que usted. Ellos conocen las rutas de los camiones de basura. Ellos saben que los ni帽os tiran galletas para animales y cu谩les de ellos lanzan piedras. Ellos , e incluso podr铆an jugar con los que son amistosos. Si les da de comer, es probable que no solo lo reconozcan a usted sino tambi茅n a su auto, y podr铆an dejarle chucher铆as a cambio. Estas aves viven sus vidas entrelazadas con las nuestras, observ谩ndonos con atenci贸n incluso cuando la mayor铆a de nosotros apenas las notamos. As铆 es como sobreviven y son buenas en ello: en las 煤ltimas d茅cadas, el Cuervo Americano ha conquistado nuestros suburbios, e incluso los corazones de nuestras grandes ciudades. A medida que modificamos el paisaje, hemos creado un ambiente ideal para un animal que es astuto y lo suficientemente perceptivo para explotar nuestras riquezas.

Exactamente c贸mo la mente del cuervo reconoce las oportunidades que nosotros, sin saberlo, les ofrecemos es una gran pregunta abierta, dice el bi贸logo de vida silvestre John Marzluff de la Universidad de Washington, que ha estudiado a los c贸rvidos y su comportamiento durante m谩s de 35 a帽os. Ha recogido innumerables historias durante las d茅cadas sobre las complejas vidas sociales de los cuervos, incluyendo c贸mo juegan, enga帽an a los dem谩s, llevan a cabo 鈥渇unerales鈥 en torno a sus muertos y, aparentemente, aprenden unos de otros incluso agrup谩ndose para hostigar a los seres humanos que de alguna manera han da帽ado a uno de los suyos. Marzluff tiene una habilidad especial para encontrar la manera de cuantificar estos comportamientos intrigantes en experimentos cient铆ficos rigurosos. Al probar c贸mo recuerdan, se comunican y aprenden estas aves, su equipo est谩 obteniendo conocimientos acerca de los motivos por los que los cuervos son tan inteligentes en la calle y c贸mo se las arreglan para prosperar en nuestro mundo. 鈥淓star abierto a las posibilidades es importante, as铆 no se pierden cosas nuevas muy interesantes que nadie pens贸 que estas aves podr铆an hacer鈥, dice Marzluff.

En los 煤ltimos a帽os, 茅l ha estado espiando en los pensamientos de los cuervos con el fin de averiguar qu茅 los motiva. En una ma帽ana de diciembre unos pocos de nosotros nos reunimos en el laboratorio de neuroim谩genes para peque帽os animales en el Centro M茅dico de la Universidad de Washington para ver el cerebro de un cuervo salvaje en acci贸n. Marzluff, y el estudiante graduado Loma Pendergraft, est谩n probando c贸mo el cuervo procesa la vista de los alimentos y las llamadas de alimentaci贸n de otras aves.

El sujeto salta sin descanso de rama en rama en una jaula mientras que Pendergraft reproduce una grabaci贸n de cuervos salvajes en plena alimentaci贸n. Un coro de graznidos roncos, graznidos dobles r谩pidos, chillidos, y ladridos llena la habitaci贸n; es como si de repente estuvi茅semos en el medio de un campo de ma铆z en verano.

驴Pero qu茅 significa esto para este cuervo inquieto? Estas son las voces de sus compa帽eros en la grabaci贸n. 驴Los reconoce? 驴Se le hace agua la boca mientras anticipa a los trozos de pan sobre los cuales est谩n graznando?

Hace cinco minutos se le inyect贸 al ave un compuesto radiactivo de corta duraci贸n. Mientras escucha, este compuesto se acumula en las 谩reas m谩s activas de su cerebro. Al cabo de unos minutos, se lo anestesiar谩 y se lo escanear谩 mediante una tomograf铆a por emisi贸n de positrones (PET), que detecta la radiaci贸n y proyecta las partes de su cerebro m谩s reactivas a la grabaci贸n. El equipo de Marzluff combinar谩 este an谩lisis con los de otros 14 cuervos americanos. Al igual que en los seres humanos, diferentes redes en el cerebro del cuervo regulan diferentes pensamientos y comportamientos; aunque no se sabe mucho todav铆a acerca de c贸mo la neuroanatom铆a de las aves se conecta con el comportamiento de las aves, algunas regiones del cerebro parecen algo similares a las regiones de los mam铆feros que se encargan de funciones como la memoria, el miedo, la vista y el razonamiento. En donde sea que se concentre el compuesto sugerir谩 qu茅 es lo que todo graznido significa para un cuervo: tal vez una alerta general, una se帽al de hay-alimento-aqu铆, o posiblemente una advertencia para otras aves.

En el monitor del esc谩ner, la cabeza del cuervo parece monstruosa, un pico similar a un cincel, enormes ojos saltones y solo unas pocas manchas borrosas que indican d贸nde ha tenido lugar la acci贸n en el cerebro. El equipo no sabr谩 qu茅 谩reas exactas fueron las m谩s ocupadas hasta m谩s tarde, despu茅s de que el an谩lisis de datos explique la actividad metab贸lica de fondo. Pero el trabajo del cuervo est谩 hecho. Marzluff retira la m谩scara de anestesia de su pico. Pronto los p谩rpados del cuervo comienzan a revolotear. Pendergraft sostiene al ave aturdida en silencio sobre su regazo durante unos momentos, asegur谩ndose de que no se haga da帽o a s铆 misma. El cuervo es elegante y hermoso, su plumaje de color negro azabache brilla incluso en esta luz dura. Sus largas garras negras, cada una armada con un tal贸n negro curvado, cuelgan por debajo de las manos de Pendergraft.

El cuervo se despierta frente a un c铆rculo de personas que lo miran, muy probablemente la experiencia m谩s extra帽a de su vida. Pero 茅l no lucha ni chilla. Permanece quieto y sus ojos negros son brillantes, observ谩ndonos mientras lo observamos. Observando.

Marzluff se interes贸 en los c贸rvidos en la universidad, durante un estudio sobre c贸mo las parejas de apareamiento de urracas pi帽oneras en las monta帽as del norte de Arizona reconoc铆an las voces unas de otras. Las sociedades complejas de estas aves incluyen docenas de grandes familias relacionadas entre s铆, con jerarqu铆as de dominio y linajes gobernantes.

Cuando termin贸 su doctorado, Marzluff se enter贸 de que el famoso ec贸logo conductual Bernd Heinrich hab铆a comenzado a trabajar con cuervos salvajes. Tengo que entrar en esto, pens贸, y 茅l y su esposa, Colleen, r谩pidamente se trasladaron a una caba帽a de una sola habitaci贸n al oeste de Maine con el fin de comenzar a trabajar con Heinrich. (Era tan peque帽a que pod铆an poner otro le帽o al fuego sin levantarse de la cama). Pasaron los siguientes tres a帽os acurrucados detr谩s de las persianas, viendo c贸mo los cuervos y otras criaturas del bosque se alimentaban de los animales muertos que dejaban como cebo. 鈥淔ue una experiencia muy valiosa鈥, dice Marzluff. 鈥淩ealmente primordial鈥.

Un caballo o alce muerto en el invierno es una bonanza de carne, r谩pidamente reclamada y defendida por cualquier pareja de cuervos que habite ese territorio. Si un cuervo errante lo encuentra, los Marzluffs aprendieron, pedir谩 refuerzos. 鈥淟a pareja te patear谩 el trasero si est谩s solo, por lo que vale la pena volver a la percha y reclutar a otros鈥, dice Marzluff. Una vez que un p谩jaro trae un m铆nimo de nueve aliados, la pareja territorial se echa atr谩s.

Luego, Marzluff se traslad贸 a Idaho, pasando siete a帽os en el 脕rea de Conservaci贸n Natural para Aves de Presa de Snake River, asesorando al ej茅rcito de EE. UU. sobre c贸mo los ejercicios de entrenamiento de sus tanques afectaban a las grandes aves de rapi帽a. Tambi茅n se involucr贸 en un proyecto de construcci贸n de poblaciones cautivas de cuervos hawaianos, que se ha extinguido en la naturaleza, mediante el perfeccionamiento de t茅cnicas de eclosi贸n de huevos y de cr铆a de pichones en parientes cercanos: cuervos americanos, urracas de Hudson y cuervos comunes, los cuales actuaban como padres sustitutos paras las especies de las islas. En la actualidad hay 114 cuervos hawaianos en cautiverio y algunos est谩n siendo reintroducidos en su h谩bitat natural este a帽o.

Mientras tanto, segu铆a pensando en el fascinante comportamiento que hab铆a visto en las aves silvestres, la forma en que los animales organizaban sus grupos sociales, los chillidos y graznidos y los murmullos que se parec铆an tanto a un lenguaje. Cuando Marzluff fue contratado en la Universidad de Washington como profesor asistente en 1997, pudo comenzar a explorar el comportamiento de los c贸rvidos con mayor profundidad, mediante la conexi贸n de experimentos de laboratorio con pruebas de aves silvestres en acci贸n. Los cuervos americanos eran una opci贸n obvia: Hay un mont贸n de ellos alrededor de Seattle, es f谩cil trabajar con ellos y hacen las cosas m谩s interesantes.

Todos los c贸rvidos tienen cerebros relativamente grandes para su tama帽o. Pero mientras que un almacenista de semillas como una Urraca Pi帽onera o un cascanueces tiene un hipocampo enorme 鈥攍a regi贸n implicada en la memoria鈥 los cuervos se parecen m谩s a los primates. Tienen cerebros anteriores excepcionalmente grandes, un gran dominio del pensamiento anal铆tico, un procesamiento sensorial de m谩s alto nivel y un comportamiento flexible. (Marzluff los llama monos voladores).

Los experimentos realizados en la d茅cada de 1990 y principios de 2000 demostraron que los mam铆feros, desde los monos hasta las ovejas, pod铆an reconocer rostros humanos individuales. La gente a menudo afirmaba que los cuervos tambi茅n pod铆an reconocerlos, pero Marzluff se decidi贸 a probarlo.

A medida que atrapaban y anillaban cuervos alrededor del campus de la Universidad de Washington en Seattle, 茅l y sus colaboradores llevaban m谩scaras de l谩tex de hombres de las cavernas. Cuando regresaron m谩s tarde a esos lugares, ya sea sin m谩scara o utilizando una m谩scara de Dick Cheney que los cuervos nunca hab铆an visto antes, las aves los ignoraron. Pero si alguien aparec铆a con una m谩scara de hombre de las cavernas pod铆a provocar un apocalipsis-cuervo. No eran solo las aves atrapadas las que respondieron; al parecer, otros hab铆an presenciado los secuestros y los recordaban. Bandas enteras de cuervos siguieron al malhechor, rega帽谩ndolo y bombarde谩ndolo con proyectiles. Los p谩jaros conoc铆an la cara del hombre de las cavernas y no les gust贸 ni un poco.

Fue una demostraci贸n impresionante, dice Heinrich, ex asesor de postdoctorado de Marzluff: 鈥溍塴 lo coloc贸 en el mapa. El resto de nosotros solo lo dimos por sentado鈥.

A menudo, el grupo de Marzluff repite las pruebas con estas aves. Han pasado 10 a帽os y no solo estos cuervos no han olvidado, sino que el conocimiento sigue extendi茅ndose. Cuando un cuervo ve que otras aves est谩n hostigando a un sujeto, el mismo se une, aprendiendo y recordando la identidad del villano. Cada vez m谩s p谩jaros hostigan y rega帽an. Casi todas las aves atrapadas originalmente por el hombre de las cavernas ya han muerto, sin embargo, la leyenda del Gran Sat谩n de los Cuervos de Seattle sigue creciendo.

Un seguimiento de im谩genes cerebrales revel贸 que los rostros asociados con amenazas activan los circuitos del cerebro, lo cual es an谩logo al proceso de aprendizaje de los miedos conocidos en los mam铆feros. Dado que estos son algunos de los primeros estudios de comportamiento con im谩genes en aves silvestres, no sabemos con exactitud qu茅 significa todo esto, advierte el experto en cuervos Kevin McGowan, ec贸logo conductual en el Laboratorio de Ornitolog铆a de la Universidad de Cornell. 鈥淓s nuevo, y es genial, pero es como todo lo dem谩s: tenemos que conseguir un mont贸n de datos m谩s antes de que podamos ver qu茅 es la imagen鈥.

Recientemente, una estudiante de Marzluff graduada, Kaeli Swift, se enfoc贸 en otra rareza de los c贸rvidos. Cuando los cuervos ven un cad谩ver de uno de su propia especie, a menudo se re煤nen alrededor del ave muerta, graznando ruidosamente y luego alej谩ndose en silencio. 驴Se trata de pena? 驴Miedo? 驴Un velorio irland茅s de c贸rvidos?

Para averiguarlo, Swift aliment贸 cuervos salvajes en el mismo lugar durante tres d铆as. (Resulta que tienen una ). A continuaci贸n, puso en acci贸n uno de los tres escenarios de miedo para instigar una reuni贸n: un voluntario enmascarado sosteniendo un cuervo evidentemente muerto (en realidad una muestra de peluche); un voluntario enmascarado de pie cerca de un Gavil谩n Colirrojo disecado (un depredador de cuervos peligroso); o un voluntario enmascarado cerca tanto del halc贸n y como del cuervo. En todos los casos, los cuervos forman turbas de aproximadamente una docena de aves estridentes y enojadas.

Los siguientes tres d铆as, las aves tardaban m谩s en acercarse al sitio en el que se repart铆a la comida. Muchos de ellos tambi茅n recordaban la m谩scara asociada con el cuervo muerto. Cuando alguien que lleva una de esas m谩scaras se present贸 semanas m谩s tarde sin elementos de taxidermia, los cuervos lo rega帽aron y a veces lo hostigaron. En el documento que public贸 con Marzluff el oto帽o pasado, Swift propuso que los 鈥渇unerales鈥 son un momento de aprendizaje, en el que las aves realizan una asociaci贸n colectiva entre un peligro potencial y un lugar o depredador en particular.


Estos experimentos ayudan a mostrar por qu茅 los cuervos son tan exitosos. Necesitan solo una experiencia para formar un recuerdo duradero acerca de en qu茅 se puede confiar y en qu茅 no, conocimiento esencial al momento de tratar con seres humanos que podr铆an ya sea alimentarlos o matarlos. Los cuervos tambi茅n comparten informaci贸n, permitiendo a los individuos adaptarse a los cambios medioambientales mucho m谩s r谩pido que si se enteraran por su propia cuenta.

Los estudios tambi茅n abordan las preguntas que cualquier persona observadora comienza a hacerse cuando ve un cuervo: 驴Qu茅 est谩 haciendo esa ave, y por qu茅? A pesar de haber establecido una reputaci贸n mundial por su investigaci贸n, Marzluff no ha perdido el contacto con ese maravilloso momento. 鈥溍塴 solo se divierte鈥 dice el bi贸logo de la Universidad de Willamette, David Craig, quien colabor贸 鈥嬧媍on Marzluff en el estudio de la m谩scara del hombre de las cavernas. 鈥淓s una maravilla pasar tiempo en el campo con 茅l. Ha mantenido una agenda de investigaci贸n impulsada por la curiosidad al m谩s alto nivel鈥.

Es una noche h煤meda y sombr铆a de diciembre y el campus de la Universidad de Washington Bothell est谩 colmado de cuervos. Cubren la colina cubierta de hierba. Colman las canchas de tenis. Los cuervos se posan en los edificios y anidan en los abetos de Douglas cercanos. Muchos simplemente permanecen de pie pacientemente en la llovizna, al igual que los viajeros en gabardinas negras que esperan el autob煤s. Una vez que est茅 completamente oscuro, se juntar谩n alrededor de 10,000 cuervos en la percha del invierno en los humedales un poco m谩s all谩.

Marzluff y yo caminamos hasta la percha. Cada uno de los cientos de 谩rboles est谩 repleto de cuervos, sus siluetas negras afiladas contra las ramas p谩lidas. Es inquietante, como un portal a un reino 茅lfico. 鈥淓s un gran espect谩culo natural鈥, dice Marzluff. 鈥淐reo que es la cosa m谩s incre铆ble que jam谩s haya visto鈥.

El Cuervo Americano es lo que los ecologistas urbanos llaman un 鈥渆xplotador鈥, una especie que no solo tolera los seres humanos sino que se desarrolla plenamente a nuestro lado. Est谩 lejos de ser la 煤nica, como ha demostrado Marzluff. Un pionero de la ecolog铆a urbana 鈥攅l estudio de la vida en las zonas en las que vivimos, trabajamos y jugamos鈥 puso en marcha un proyecto a largo plazo en 1998 para explorar c贸mo el uso del suelo y el desarrollo afectan a las aves.

Su equipo monitore贸 m谩s de dos docenas de lugares en la ciudad, en los suburbios y en las zonas boscosas, algunos de los cuales fueron designados para el desarrollo. Cuatro veces cada temporada de reproducci贸n, contaban las aves, monitoreaban los nidos y etiquetaban a los polluelos. Para el a帽o 2010, hab铆an , documentando m谩s de 55,000 aves individuales de 111 especies.

El resultado, como Marzluff describe en su 煤ltimo libro, Welcome to Subirdia (2014), es el siguiente: aunque algunas especies desaparecieron a medida que los bosques se convirtieron en suburbios, a muchas les fue bastante bien. Los suburbios de Seattle albergan 30 especies de aves en comparaci贸n con las 20 que viven en los bosques, incluyendo gorriones mel贸dicos, jilgueros norteamericanos, colibr铆es de Ana y carpinteros de pico crestado. Muchas aves viv铆an m谩s tiempo y se reproduc铆an mejor en los suburbios que en los bosques. No es de extra帽ar, dice Marzluff. Los suburbios de baja densidad incluyen una diversidad de h谩bitats, desde lotes boscosos hasta jardines cubiertos de arbustos y 谩reas abiertas. Adem谩s, suministramos a las aves con semillas y sebo, ponemos cajas para los nidos y eliminamos muchos depredadores naturales.

Marzluff no minimiza el da帽o que hace el desarrollo a los lugares salvajes o las amenazas que enfrentan las especies 鈥渆vasoras鈥 como los Troglodytes pac铆ficos y los zorzalitos de Swainson. En el estudio, algunas de estas aves b谩sicamente desaparecieron de todos lados excepto de las reservas boscosas.

Sin embargo, el estudio sugiere que podr铆amos tratar los patios como con m谩s seriedad. Podemos reemplazar el c茅sped con vegetaci贸n aut贸ctona y proporcionar alimento. Podemos marcar las ventanas para que las aves no vuelen hacia ellas y mantener a los gatos en el interior. Podemos mantener los 谩rboles muertos para que las aves puedan anidar en ellos, o colocar cajas nido. Es m谩s que solo sentirse bien. Las poblaciones de aves suburbanas m谩s grandes tendr谩n mejores posibilidades de sobrevivir a la amenaza monumental del cambio clim谩tico.

Desde el punto de vista de Marzluff, estas dos l铆neas de investigaci贸n se conectan a trav茅s de la conservaci贸n. Los 煤nicos animales salvajes que muchos de nosotros vemos regularmente son palomas y cuervos, pero la conservaci贸n de especies requiere sacrificios que la gente no va a hacer a menos que crean que vale la pena proteger a los animales salvajes. Esa es una de las razones por las que Marzluff ha escrito cuatro libros sobre los c贸rvidos, asoci谩ndose con ilustradores para crear trabajos atractivos y accesibles. Las aves de patio trasero 鈥攃omo el perplejo, divertido y exasperante cuervo鈥 pueden abrir la mente de las personas. Cambiar las actitudes de la gente y estimularla para crear patios amigables para las aves o tomar otra medida personal es m谩s dif铆cil que simplemente preservar un pedazo de tierra, Marzluff admite. 鈥淧ero es una mejor estrategia a largo plazo鈥.

Estamos de pie al lado de una carretera de cuatro carriles en la periferia exterior de Seattle y no es precisamente un 谩rea silvestre impresionante. Hay un gran lote de grava, un campo de reciclaje y un centro de auto-almacenamiento de RV a la vista. Pero tambi茅n hay un arroyo, hierba aqu铆 y all谩 y algunos grupos de con铆feras; un paisaje mixto, el tipo que la investigaci贸n de Marzluff sugiere puede ser un para铆so para las aves.

Esta ma帽ana, Marzluff liberar谩 nueve cuervos utilizados para el experimento de Pendergraft aqu铆, donde fueron atrapados hace dos meses. Levanta una caja para perros de su autom贸vil y la coloca sobre la grava. Abre la puerta y da un paso atr谩s. No pasa nada.

Se inclina, espiando a trav茅s de los respiraderos: 鈥淥ye, 隆eres libre!鈥.

Un momento despu茅s, un cuervo sale como en un estallido, volando r谩pidamente con grandes golpes de sus poderosas alas. Se inclina, en direcci贸n oeste, hacia una mara帽a de 谩rboles desnudos a unas cientos de yardas de distancia. El ave se posa en una rama superior y sacude sus plumas y su cola, como si quisiera sacudirse las indignidades del canil y de los seres humanos que han estado estudi谩ndolo y pinch谩ndolo durante semanas.

El resto de las aves, seis de ellas en una segunda caja, siguen uno por uno, saliendo de las cajas y luego pos谩ndose cerca de la primera ave. Mientras observamos, algunos otros cuervos se les unen. No es dif铆cil imaginar que nuestra mala reputaci贸n se est谩 extendiendo ahora, que los cuervos de Marzluff les est谩n diciendo a sus amigos salvajes: no van a creer lo que esos locos de all铆 me hicieron.

En cualquier caso para nosotros, los seres humanos de aqu铆 abajo, parece obvio que algo debe estar pasando entre estas aves, alguna forma de comunicaci贸n que a煤n no hemos empezado siquiera a descifrar. Nos conocen tan bien, pero nosotros tenemos mucho que aprender acerca de ellos.

A los 10 minutos, todos los cuervos se han ido.