El parque de mayor biodiversidad en el planeta puede ser un lugar muy ruidoso, especialmente cerca del atardecer, cuando las criaturas diurnas ceden la selva a las que deambulan y ofrecen serenata por la noche. Pero en una tarde de abril, los senderos cerca de la Estaci贸n Cient铆fica del Parque Nacional Yasun铆 est谩n incre铆blemente tranquilos.
En un medio d铆a de caminatas por los fangosos senderos cercanos a la estaci贸n, vemos unos pocos lagartos y serpientes y una tropa de monos ardilla que se mueven r谩pidamente, pero apenas algunas de las 610 especies de aves que han sido catalogadas dentro de los l铆mites del parque.
鈥淗ace solo unos a帽os, la vida silvestre aqu铆 era asombrosa鈥, dice mi compa帽ero de excursi贸n, el bi贸logo ecuatoriano y fot贸grafo de la naturaleza Rub茅n D. Jarr铆n. Sin embargo, las nuevas carreteras y oleoductos siguen perforando m谩s profundamente este fr谩gil pa铆s de las maravillas, perturbando los movimientos y ciclos de vida de cada uno de sus habitantes, desde las aves que habitan las copas de los 谩rboles hasta los jaguares que merodean por la tierra. A medida que los estudios s铆smicos determinan con precisi贸n nuevas bolsas de 辫别迟谤贸濒别辞 en el pr铆stino n煤cleo del parque, los amantes de la vida silvestre en el Ecuador y en todo el mundo se est谩n uniendo para salvar esta Reserva de Biosfera de la UNESCO y su red estrechamente conectada de personas, plantas y animales.
Jarr铆n y yo pasamos el d铆a anterior conduciendo hasta Yasun铆 desde Quito, la monta帽osa capital de Ecuador. Subimos primero hasta el p谩ramo sin 谩rboles; luego, seguimos el serpenteante camino entre volcanes activos, descendiendo durante horas por los nubosos bosques de luz fantasmal. La densa niebla de color rosa finalmente se abri贸, revelando una enorme extensi贸n de selva tropical veteada de r铆os debajo de nosotros, la cual se extiende hasta el horizonte oriental y dos mil millas m谩s all谩.
Los bi贸logos han identificado el 谩rea de Yasun铆, ubicada en la intersecci贸n lluviosa del Amazonas, los Andes y el ecuador, como el lugar con mayor potencial de biodiversidad en la Tierra. Mientras que gran parte de la cuenca del Amazonas es plana, con suelos relativamente inf茅rtiles, las bajas colinas de esta regi贸n albergan innumerables microclimas y se componen de capas de suelos oscuros enriquecidos de tierra volc谩nica.
En una sola hect谩rea de tierra aqu铆, los bot谩nicos han identificado 655 especies de 谩rboles, m谩s que en los Estados Unidos y Canad谩 juntos. El inventario cada vez mayor de fauna en el Yasun铆 incluye 173 especies de mam铆feros y m谩s especies de insectos que en cualquier otro bosque del planeta. Los avistamientos de mam铆feros amenazados a nivel mundial, como el delf铆n rosado de r铆o y el oso hormiguero gigante son bastante comunes. Un observador de aves afortunado podr铆a hacer un avistamiento excepcional de un cuco terrestre vertrirrufo o de una garza agam铆. Hay murci茅lagos que capturan peces, osos hormigueros y nutrias gigantes y una rana cuya piel transl煤cida permite una visi贸n de rayos x de sus 贸rganos internos.
Lo que est谩 en juego aqu铆 es a煤n mayor que la conservaci贸n de la biodiversidad y se extiende mucho m谩s all谩 de la parcela de tierra en s铆. Con el fin de evitar los peores impactos del cambio clim谩tico, dicen los cient铆ficos, la mayor parte de los recursos de combustibles f贸siles que quedan en el planeta tendr谩 que permanecer bajo tierra. La selva amaz贸nica, el sumidero de carbono y cuenca h铆drica m谩s grandes del mundo, es crucial para mitigar el cambio clim谩tico fuera de control. El noroeste del Amazonas, donde se encuentra el Yasun铆, se jacta de tener la m谩s alta biodiversidad de la cuenca y se considera como la regi贸n con m谩s probabilidades de mantener las condiciones de selva tropical h煤meda. A medida que la prevista sequ铆a provocada por el cambio clim谩tico se intensifica en el Amazonas oriental, esta 谩rea podr铆a servir como un refugio biol贸gico crucial para especies desplazadas.
鈥淪i no somos capaces de proteger lugares tan importantes鈥, dice Kevin Koenig, director del programa Amazon Watch, 鈥渆ntonces parece poco probable que vayamos a ser capaces de proteger al resto del planeta. Dependiendo de lo que suceda aqu铆, podr铆amos estar en el inicio de lo que podr铆a llegar a ser una historia muy tr谩gica鈥.
Una vez que Jarr铆n y yo aterrizamos en las estribaciones de los Andes, condujimos durante dos horas a lo largo de los caminos ondulados al norte del r铆o Napo, la m谩s grande de las cabeceras del Amazonas ecuatoriano. Aqu铆, el paisaje devastado est谩 salpicado de estanques de sedimentaci贸n qu铆mica, f谩rragos de oleoductos en las carreteras y pueblos petroleros de borrachera r谩pida como Coca, Pompeya, y Lago Agrio (por Bitter Lake, el nombre de la antigua sede de Texaco en Texas).
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, para su elecci贸n de 2006, se mont贸 en parte sobre una ola de indignaci贸n nacional por el legado de contaminaci贸n de las selvas tropicales nacionales dejado por las compa帽铆as petroleras extranjeras. El fogoso Correa, una especie de Hugo Ch谩vez liviano con talento de showman, reclut贸 a activistas de Hollywood para una campa帽a medi谩tica de 鈥渕anos sucias鈥 en apoyo a la prolongada batalla legal de la peque帽a naci贸n contra Chevron Texaco, la cual hab铆a derramado 18 mil millones de galones de desechos t贸xicos en el norte de la selva tropical Yasun铆. Dando su palabra de echar a los gringos, Correa prometi贸 que el control ecuatoriano sobre la producci贸n de 辫别迟谤贸濒别辞 proteger铆a la tierra y las personas del Amazonas.
De hecho, la nueva infraestructura petrolera, de aspecto ordenado, al sur del r铆o parece ser una gran mejora con respecto a los paisajes muertos del norte. Eso es debido, en parte, a que las normas y m茅todos han evolucionado desde los d铆as del 鈥渢odo vale鈥 en los que se desarrollaron los campos petrol铆feros del norte y, en su mayor parte, debido a que la operaci贸n petrolera (una empresa conjunta liderada por Repsol de Espa帽a) restringe estrictamente el acceso a esta zona, la cual se denomina Bloque 16.
La mayor parte del Bloque 16 se superpone con una reserva que en 1990 se deline贸 en el Parque Nacional Yasun铆 para el pueblo Waorani, amerindios amaz贸nicos que son 茅tnica y culturalmente distintos de otros grupos 茅tnicos en Ecuador, y que hablan un idioma que no est谩 relacionado con ninguna otra lengua conocida. Los l铆deres Waorani lucharon con 茅xito por su tierra natal para proteger su cultura y sus tierras de los colonos y de la explotaci贸n forestal y petrolera. Sin embargo, despu茅s de que se cre贸 la reserva, algunos l铆deres Waorani hicieron acuerdos pol茅micos que llevaron a la extracci贸n de 辫别迟谤贸濒别辞 en el territorio.
En la actualidad, solo se les permite entrar a los trabajadores del 辫别迟谤贸濒别辞, los residentes Waorani, los investigadores y a otros dispuestos a superar los importantes obst谩culos burocr谩ticos, a trav茅s de una estaci贸n de transbordadores que est谩 protegida por alambre de p煤as y guardias armados. Esto ha desacelerado la tasa de colonizaci贸n y deforestaci贸n y ha reducido los impactos de la caza.
鈥淪e han ralentizado los impactos, pero no se han detenido鈥, dice Juan Carlos Armijos. Durante los ocho a帽os que ha trabajado en la Estaci贸n Cient铆fica Yasun铆, dirigida por la Pontificia Universidad Cat贸lica del Ecuador (PUCE) en Quito, Armijos ha desarrollado estrechos v铆nculos con los Waorani, que hasta hace poco cazaban con lanzas y cerbatanas y llevaban vidas semin贸madas. En la actualidad, la mayor铆a de los Waorani se han asentado en comunidades al borde de carreteras y muchos utilizan dinero en efectivo proveniente de las empresas petroleras para comprar armas. Debido al desarrollo de un mercado de carne de animales salvajes, plumas y mascotas ex贸ticas, la vida silvestre en los bosques cerca de las carreteras ha disminuido notablemente.
Armijos me lleva a la localidad de Guiyero, la que ayud贸 a equipar con aulas, un laboratorio de computaci贸n, y un proyecto de piscicultura ahora desaparecido. Nos encontramos con Bogui Ahua que nos muestra su mascota, un guacamayo azul y amarillo, una de las muchas aves cautivas en la aldea. Cerca de all铆, una mujer se agacha sobre un fuego fuera de su casa, hecha de bloques de concreto, y quema el pelo de la pata trasera de un pecar铆 que su marido mat贸 de un disparo esa ma帽ana.
鈥淓n los viejos tiempos, cant谩bamos y bail谩bamos cuando ten铆amos un pecar铆 para comer鈥, dice Humberto Ahua, el jefe Wampi de Guiyero. Lleva una vincha de hojas de palma trenzadas, un collar de dientes de jaguar y formales mocasines de cuero mientras habla en la lengua wao, que su sobrino le traduce al espa帽ol. 鈥淟uch谩bamos para defender nuestro territorio pero, la mayor铆a de las veces, solo viaj谩bamos y caz谩bamos. Era una vida tranquila, en su mayor铆a鈥.
Hace unos 40 a帽os, cuando Ahua era un ni帽o, un helic贸ptero deposit贸 en tierra a un misionero. 鈥淯no de nuestros hombres lleg贸 a la aldea y dijo: 鈥楾enemos un nuevo amigo鈥. Pero antes de que lleg谩ramos all铆, los otros le hab铆an matado donde aterriz贸鈥. Los pr贸ximos misioneros consiguieron un recibimiento m谩s c谩lido, 鈥減ero desde entonces nuestra cultura ha deca铆do鈥, dice el jefe. 鈥淗ace unos a帽os, algunas personas nos dieron dinero para firmar algo en espa帽ol. Luego vino el 辫别迟谤贸濒别辞. Ahora es m谩s dif铆cil encontrar un bosque con animales鈥.
Aunque los Waorani han sido arrastrados a medias hacia el mundo moderno, dos pueblos ind铆genas aislados del Yasun铆, los Tagaeri y los Taromenane, contin煤an con estilos de vida que han cambiado poco desde la Edad de Piedra. 鈥淪abemos tan poco como de ellos como ellos de nosotros鈥, dice Enrique Vela, ex director de derechos humanos de Ecuador para las poblaciones ind铆genas. La mayor铆a de las estimaciones calculan el n煤mero de tribus no contactadas entre 80 y 300, aunque su poblaci贸n est谩 disminuyendo como resultado de disputas as铆ncronas con los Waorani, cuyas nuevas herramientas les permiten cazar en forma m谩s eficiente y llevar a cabo los ciclos de venganza que han definido las relaciones tribales al oeste del Amazonas durante miles de a帽os.
La expansi贸n de la exploraci贸n y producci贸n de 辫别迟谤贸濒别辞 en Yasun铆 ha aumentado las tensiones y los conflictos entre los grupos ind铆genas por el territorio y los recursos. Aunque el gobierno ha delineado una 鈥渮ona intocable鈥, de entrada prohibida, para las personas que viven en aislamiento voluntario, ha permitido entrar a los top贸grafos petroleros y ha aprobado los planos para las plataformas petrol铆feras en el l铆mite, apretujando a los Tagaeri y a los Taromenane dentro de una parcela de tierra cada vez m谩s peque帽a.
Sin ning煤n conocimiento de las fuerzas globales que convergen alrededor de ellos, se cree que las dos tribus est谩n entre aproximadamente los 90 pueblos aislados en la Tierra con menos probabilidades de sobrevivir la pr贸xima d茅cada. 鈥淓s casi seguro que no tienen ni idea de la existencia de un pa铆s llamado Ecuador, que los considera ciudadanos鈥, dice Vela. Tambi茅n es probable que no tengan conocimiento de la serie de traspi茅s que han creado los dramas medioambientales y de derechos humanos que ahora est谩n llegando a un punto cr铆tico en el Yasun铆.
鈥淗ay dos realidades diferentes aqu铆 en Ecuador鈥, dice Renato Valencia, que dirige el Proyecto sobre Din谩mica del Bosque Yasun铆. 鈥淓xiste la que est谩 definida por la ley y existe lo que est谩 sucediendo realmente鈥.
La constituci贸n actual de Ecuador, ratificada en 2008, protege los derechos y las culturas de las poblaciones ind铆genas que viven en aislamiento voluntario. Una cl谩usula m谩s conocida reconoce la naturaleza en s铆 misma 鈥攄escrita por el t茅rmino quichua Pacha Mama鈥 como una entidad con derechos protegidos jur铆dicamente y proh铆be la extracci贸n de recursos no renovables en las 谩reas protegidas.
Los activistas ambientales y de derechos humanos en todo el mundo celebraron la poes铆a innovadora de la constituci贸n de Ecuador. Sin embargo, en casa, las dificultades de aplicarla pronto se hicieron evidentes, m谩s dram谩ticamente en el Yasun铆. El problema m谩s dif铆cil es el de representaci贸n: 驴Qui茅n habla por los 谩rboles?
Poco despu茅s de su elecci贸n, el presidente Correa dio su apoyo a una propuesta audaz y sin precedentes: Ecuador aplazar铆a un plan para extraer un estimado de 920 millones de barriles de 辫别迟谤贸濒别辞 dentro de una pr铆stina y ecol贸gicamente sensible regi贸n oriental de Yasun铆 conocida como el Bloque ITT (llamado as铆 por los campos petroleros Ishpingo, Tambococha y Tiputini). A cambio de preservar dicha regi贸n selv谩tica de importancia internacional y de impedir que millones de toneladas de emisiones de carbono ingresaran en la atm贸sfera, Correa pidi贸 al mundo desarrollado un anticipo de hasta $3,6 mil millones, aproximadamente la mitad de los entonces estimados ingresos por 辫别迟谤贸濒别辞 a los que el pa铆s estar铆a renunciando.
Los ecologistas retrasaron el plan como un prototipo para un nuevo paradigma emocionante, uno que reducir铆a la carga de la preservaci贸n del medio ambiente en los pa铆ses pobres mientras el mundo daba los primeros pasos hacia una era post-combustibles f贸siles. Desde entonces, las propuestas de 鈥測asunizaci贸n鈥, como han llegado a ser conocidas las iniciativas de 鈥減ago por preservar鈥, han proliferado en todo el mundo, desde Nueva Zelanda (carb贸n) hasta Nigeria (arenas bituminosas), Quebec (fracturaci贸n hidr谩ulica para gas) e islas Lofoten de Noruega (辫别迟谤贸濒别辞).
Pero el plan de Ecuador tuvo un comienzo incierto. Aunque Alemania y otros pa铆ses europeos lanzaron r谩pidamente su apoyo financiero detr谩s de la iniciativa ITT, se tard贸 m谩s de dos a帽os para negociar los detalles de un acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). El acuerdo especific贸 que los fondos, la mayor铆a provenientes de los gobiernos de los pa铆ses ricos, se gastar铆an en investigaci贸n y desarrollo de energ铆as alternativas y otras tecnolog铆as, la reforestaci贸n y el cuidado de las 谩reas protegidas, y el desarrollo social.
En diciembre de 2009, Correa firm贸 los documentos que establec铆an el fondo fiduciario internacional y envi贸 un equipo encabezado por su canciller a la cumbre clim谩tica de las Naciones Unidas en Copenhague para anunciar el acuerdo.
Pero los intereses del 辫别迟谤贸濒别辞 鈥攓ue representan una gran parte de los ingresos del gobierno y las exportaciones del pa铆s鈥 estaban trabajando entre bastidores para sabotear la iniciativa. Despu茅s de que el equipo ya hab铆a llegado a Europa, Correa cambi贸 abruptamente de opini贸n y llam贸 a las renegociaciones, insistiendo en que su gobierno retuviera m谩s control sobre c贸mo se gastar铆a el dinero.
Con un nuevo equipo negociador en su lugar (el canciller de Correa renunci贸 luego del incidente), las perspectivas de la iniciativa viraron entre la esperanza y las crecientes dudas. A medida que continuaban las negociaciones, el gobierno puso en marcha una subasta para nuevas concesiones de 辫别迟谤贸濒别辞 adyacentes al campo ITT y en otros sitios del Parque Nacional Yasun铆. La filtraci贸n de documentos internos revelar铆a m谩s adelante que, mientras el gobierno estaba impulsando p煤blicamente el plan de renunciar a la perforaci贸n (y haciendo hincapi茅 en la dif铆cil situaci贸n de los pueblos ind铆genas aislados), estaba empezando negociaciones con las compa帽铆as petroleras interesadas en la extracci贸n de las reservas del ITT y negociando pr茅stamos con el Banco de Desarrollo de China, los cuales ser铆an parcialmente pagados con el 辫别迟谤贸濒别辞 del ITT.
Ecuador y el PNUD finalmente llegaron a un acuerdo en agosto de 2010, pero algunos donantes potenciales se rehusaron debido a su falta de responsabilidad y garant铆as financieras. Alemania se retir贸, decidiendo en su lugar financiar REDD+, el enfoque de la pol铆tica principal de la ONU para la reducci贸n de emisiones por deforestaci贸n. Correa, neg谩ndose a cambiar de opini贸n, dej贸 en claro que 茅l ten铆a un 鈥淧lan B鈥 para explotar el 辫别迟谤贸濒别辞 si otros pa铆ses se negaban a cumplir con sus t茅rminos. 鈥淣o vamos a ser tontos 煤tiles鈥, dijo Correa. 鈥淣o podemos ser como mendigos sentados en una bolsa de oro鈥.
鈥淗ab铆a un aroma de chantaje en el aire鈥, escribi贸 Alberto Acosta, un economista ecuatoriano que ocup贸 brevemente el cargo de ministro de energ铆a y minas, 鈥測 alimentaba las dudas鈥.
El 15 de agosto de 2013, con un compromiso de los pa铆ses donantes de menos del 10 por ciento del precio que Correa ped铆a, el presidente anunci贸 que retiraba la propuesta para reservar el bloque ITT del Yasun铆. 鈥淓l mundo nos ha fallado鈥, dijo Correa en un discurso televisado en el que conden贸 鈥渓a gran hipocres铆a鈥 de las naciones que emiten la mayor parte de los gases de efecto invernadero del mundo, mientras exigen a las naciones m谩s pobres que sacrifiquen el progreso econ贸mico por el medioambiente. Correa dej贸 en claro que el pa铆s hab铆a fijado un nuevo rumbo: Ecuador podr铆a perforar su camino hacia la prosperidad.
Al parecer, lo que Correa no hab铆a entendido era hasta qu茅 punto los ecuatorianos valoraban su mayor 谩rea protegida. El anuncio reaviv贸 los sentimientos ambientales y de derechos ind铆genas que se hab铆an encendido por primera vez despu茅s de que Chevron Texaco hab铆a arrasado con el Amazonas en los a帽os 1980 y 1990.
鈥淓sta vez la gente pod铆a ver que no eran los gringos los que iban a arruinar nuestras selvas tropicales, que era nuestro propio gobierno鈥, dice Patricio Ch谩vez, uno de los fundadores de lo que se conocer铆a como el movimiento Yasun铆dos.
Alentados por las encuestas que estimaban que cerca de tres cuartas partes de los ecuatorianos estaban de acuerdo en dejar el 辫别迟谤贸濒别辞 de ITT bajo tierra, Yasun铆dos organiz贸 marchas y batallas en los tribunales y exigi贸 que el gobierno respetara la constituci贸n. Y comenzaron la recolecci贸n y verificaci贸n de firmas para una petici贸n reclamando un refer茅ndum nacional sobre el Yasun铆.
Lo que los ecuatorianos 鈥攜 el mundo鈥 podr铆an perder se hace evidente al llegar a la Estaci贸n de Biodiversidad Tiputini, situada en un recodo del r铆o Tiputini, cerca de 45 millas r铆o abajo de la Estaci贸n Cient铆fica Yasun铆. Remotos y accesibles solo por barco, los senderos a orillas del Tiputini est谩n llenos de vida, con animales que se han vuelto escasos en las partes m谩s accesibles del parque.
En nuestro primer d铆a completo en Tiputini, Jarr铆n y yo pasamos medio d铆a explorando con Mayer Rodr铆guez de 73 a帽os de edad. 鈥淧uede ver m谩s cuando se mueve lentamente鈥, dice el gu铆a de aguda visi贸n mientras pasa por encima de una ra铆z expuesta de un 谩rbol ficus que se extiende casi a 1.000 pies de distancia del tronco. 鈥淗e caminado por estos senderos miles de veces, y siempre me encuentro con algo que no he visto antes鈥, dice. 鈥淪iempre鈥.
Hay un mont贸n de animales grandes y carism谩ticos para ver aqu铆: un tapir mascando plantas pl谩cidamente. . . un oso hormiguero gigante recorriendo el suelo del bosque en busca de su pr贸ximo comida. . . una anaconda que cuelga de una rama sobre el r铆o, tomando sol a la espera de algo para tenderle una emboscada. Pero en Tiputini, las criaturas m谩s peque帽as pueden ser las m谩s sorprendentes. Mayer me llama la atenci贸n sobre un insecto palo de un pie de largo pos谩ndose cerca de lo que parece ser una hoja, pero que es, tras observarlo m谩s de cerca, un saltamontes cuyas alas incluso tienen lo que parece ser los bordes ennegrecidos y mordisqueados de una hoja.
Con 10 especies de monos, Tiputini apoya un activo programa de investigaci贸n de primates. 鈥淓ste es el lugar perfecto para su estudio, ya que no han sido cazados鈥, dice Evelyn Pain, una primat贸loga de Stony Brook University que investiga monos lanudos. 鈥淪in embargo, esta especie es tan grande y d贸cil que por lo general son los primeros en desaparecer cuando los cazadores entran en una zona鈥.
Despu茅s de localizar a una tropa de aproximadamente una docena de lanudos (dos de los espec铆menes con collar de radiomarcaje), Pain y dos colegas les siguen a medida que se abren camino a trav茅s del dosel, usando sus colas prensiles como un quinto miembro. Un cuarteto de gavilanes bidentados los rodea a medida que avanzan, lanz谩ndose para atrapar los insectos forzados a salir debido a la conmoci贸n de los monos.
Al final de un d铆a de abrirse paso entre la maleza y resbalarse en senderos fangosos en busca de los monos, los investigadores me han dejado pr谩cticamente exhausto. Pero es dif铆cil resistirse a la perspectiva del avistamiento de aves a la puesta del sol. Y as铆, a riesgo de perder la llamada de la cena, me desv铆o hacia un estanque grande para comandar un bote de remos.
Aunque el Amazonas est谩 lleno de oportunidades extraordinarias para a帽adir a las listas personales, la densa selva puede ser un lugar frustrante para la b煤squeda de aves: Las especies que viven en la copa de los 谩rboles se mantienen en la altura, iluminadas por el cielo, mientras que las aves del sotobosque nunca carecen de un refugio. Pero desde el agua, con visi贸n del suelo a la copa de los 谩rboles, uno se da cuenta de lo alucinante que es aqu铆 la vida de las aves. Puedo vislumbrar a los habitantes de la copa de los 谩rboles como el cotinga de garganta morada y el tangara del para铆so y consigo ver perfectamente a los moradores del suelo como el tinam煤 ondulado y la perdiz cara roja. Hay guacamayos de todos los colores, arasar铆s y tucanes, y un buco collarejo. Un sobrevuelo de la que podr铆a ser un 谩guila arp铆a provoca un momento de p谩nico entre los p谩jaros que est谩n m谩s abajo, pero el ave de rapi帽a se mantiene lo suficientemente elevado como para negarnos una mirada cercana a la mayor y m谩s poderosa 谩guila del mundo, cuyas garras son m谩s largas que las de un oso pardo.
M谩s tarde, diviso un Hoatz铆n. Una mirada a esta extra帽a criatura disipar谩 cualquier duda de que las aves son retrocesos evolutivos a la era de los dinosaurios. Brillante y multicolor, de ojos rojos y saltones y una cresta rizada y puntiaguda, el hoatz铆n tiene un sistema digestivo similar al de una vaca, lo que le permite fermentar las hojas y los brotes. Al igual que la primera ave-lagarto (el Archaeopteryx), los polluelos del hoatz铆n utilizan las garras en los d铆gitos de sus alas para subir a sus nidos.
Al d铆a siguiente, mientras nado en el r铆o Tiputini, noto un par de p谩jaros hormigueros que vuelan fuera del sotobosque con varios Trepatroncos Golianteados. Una vez fuera sobre el r铆o, la partida de caza multiespecie crece r谩pidamente, a帽adiendo currucas y otras aves a medida que zigzaguean aguas abajo.
Tjitte de Vries, un ornit贸logo de la PUCE (Pontificia Universidad Cat贸lica del Ecuador) que ha hecho varios descubrimientos y reclasificaciones de especies de aves, me dijo, cuando nos encontramos en Quito, que observara tales bandadas de especies mixtas, uno de los fen贸menos de aves tropicales que 茅l ha estudiado. De Vries, quien ha observado hasta 40 especies trabajando en equipo en el Yasun铆, dice que la adaptaci贸n parece aumentar la eficiencia de forrajeo y puede ayudar en la detecci贸n y evasi贸n de depredadores. 鈥淐on m谩s ojos y m谩s voces, se obtienen m谩s alertas ante los depredadores y una mayor diversidad en cuanto al alimento que encuentran鈥.
Originario de los Pa铆ses Bajos, de Vries lleg贸 al Yasun铆 para estudiar la vida aviar despu茅s de m谩s de una d茅cada en las Islas Gal谩pagos. 鈥淢e fui de ese extremadamente simple y aislado ecosistema para hacer frente a lo que es probablemente el m谩s complejo de los ecosistemas del planeta en el Yasun铆鈥, dice. 鈥淯sted ve todo tipo de interacciones que rara vez ver铆a en cualquier otro lugar鈥.
De Vries ha investigado los efectos de la exploraci贸n de 辫别迟谤贸濒别辞 en la fauna de la selva, trabajando a veces como contratista de las mismas petroleras. 鈥淟os derrames y la contaminaci贸n captan la atenci贸n, pero los impactos secundarios son mucho peores en un lugar como este鈥, dice. 鈥淟a compa帽铆a podr铆a decir, 鈥極h, solo hay un impacto de 10 hect谩reas en torno a una plataforma petrol铆fera; los animales desplazados solo se dispersar谩n鈥. Pero esa parte de la selva ya est谩 poblada hasta una capacidad sostenible. Los animales desplazados no pueden ir all铆 a menos que desplacen a otros. De cualquier manera鈥, dice, alternando entre ingl茅s y espa帽ol, 鈥渓os animales simplemente 尘辞谤颈谤谩苍鈥.
Una de las principales conclusiones de de Vries es que, para muchas de las aves que habitan en la copa de los 谩rboles del bosque, un camino a trav茅s de la selva tiene el mismo efecto que una pared. 鈥淯sted pensar铆a que vuelan a trav茅s de 茅l, pero no lo hacen. Se rompe su h谩bitat y las aves quedan cercadas. Se interrumpe la alimentaci贸n y la reproducci贸n y la migraci贸n, y se limita la diversidad gen茅tica鈥.
De Vries y otros defensores de la vida silvestres han solicitado a las compa帽铆as petroleras que reduzcan el ancho de las calzadas y dejen las secciones sobresalientes de los 谩rboles con el fin de proporcionar un puente a las criaturas de las copas, pero las empresas no han incorporado esto como una pr谩ctica habitual.
Aunque algunos expertos dicen que los impactos de los proyectos de 辫别迟谤贸濒别辞 y gas en el Amazonas pueden minimizarse mediante el uso de nuevas tecnolog铆as para plataformas de perforaci贸n y otras infraestructuras, otros no est谩n de acuerdo.
鈥淟a gente se pregunta: 鈥樎縉o podemos explotar el 辫别迟谤贸濒别辞 de una manera ecol贸gicamente responsable?鈥欌, dice Kevin Koenig de Amazon Watch. 鈥淓n algunos lugares, s铆, pero en lugares como este, tan ecol贸gicamente fr谩giles y tan diversos, con tribus no contactadas que viven en aislamiento voluntario, la respuesta es no鈥.
En abril de 2014 la l铆der Waorani, Alicia Cahuilla, entreg贸 el primer bloque de un total de 757.623 firmas a la Comisi贸n Nacional de Elecciones, solicitando un refer茅ndum nacional sobre la extracci贸n de 辫别迟谤贸濒别辞 en el Yasun铆. 鈥淓stamos luchando por Yasun铆 porque es nuestra casa鈥, dijo Cahuilla. 鈥淎l presidente Correa no le gustar铆a que las compa帽铆as petroleras fueran a su casa y la derribaran de la misma forma en que vienen y cortan los 谩rboles y construyen carreteras en nuestros hogares de la selva鈥.
Los Yasun铆dos, a quienes Correa hab铆a atacado llam谩ndolos 鈥渁lborotadores鈥, 鈥渇alsos ecologistas鈥, y 鈥渓un谩ticos bien alimentados鈥, hab铆an verificado cuidadosamente las firmas y recolectado un 25 por ciento m谩s de lo requerido. Pero con las encuestas de opini贸n que mostraban que una clara mayor铆a de los ecuatorianos abogaba por dejar el 辫别迟谤贸濒别辞 de ITT bajo tierra, incluso sin una compensaci贸n internacional, lo 煤ltimo que el presidente quer铆a era una votaci贸n. Unos d铆as m谩s tarde, la comisi贸n electoral invalid贸 el 66 por ciento de las firmas y suspendi贸 el refer茅ndum. (Una investigaci贸n posterior de la Universidad Andina Sim贸n Bol铆var de Quito estudi贸 una muestra de 20.064 firmas y estim贸 que 673.863 del total recolectado por los Yasun铆dos eran v谩lidas).
El anuncio de que la elecci贸n fue anulada llev贸 a los manifestantes a las calles. Pronto sigui贸 una represi贸n, con derechos civiles suspendidos, miembros del gabinete y otros funcionarios del gobierno forzados a dejar sus puestos, y ambientalistas y l铆deres ind铆genas detenidos y acosados.
鈥淎l final鈥, dice Patricio Ch谩vez, 鈥渘os aplastaron鈥.
Era dif铆cil no sentirse aplastado despu茅s de mi conversaci贸n con Ch谩vez, a quien hab铆a conocido en Quito. Pero en mi 煤ltima tarde en Tiputini, el mundo industrializado parece estar muy lejos. Rodr铆guez, Jarr铆n, y yo seguimos un ca贸tico alboroto de periquitos, loros y guacamayos hacia un saladero, una depresi贸n fangosa cuyo alto contenido de sal atrae a animales de todo tipo. Aunque tenemos cuidado de acercarnos en silencio, las huellas recientes de capibaras, tapires y pecar铆es nos dicen que nos hemos perdido algo de la acci贸n.
En medio de un charco, unas pocas burbujas de aceite en la superficie, forman un brillo sobre las aguas poco profundas. 鈥淯n poco de 辫别迟谤贸濒别辞 que surge de forma natural, como esto, no molesta a los animales鈥, dice Rodr铆guez. 鈥淧ero tan pronto como la gente intente bombearlo, comenzar谩n los problemas鈥.
A finales del a帽o pasado, las plataformas petrol铆feras se trasladaron al bloque ITT y comenzaron a perforar cerca de la frontera norte del parque. En julio de este a帽o, se enviaron los primeros barriles de crudo comercial. El vicepresidente Jorge Glas declar贸 que la reserva sirve como un 鈥渞egalo para las generaciones futuras鈥. Tambi茅n anunci贸 que la perforaci贸n exploratoria hab铆a impulsado la estimaci贸n del potencial de la reserva a 1,67 mil millones de barriles de 辫别迟谤贸濒别辞, casi el doble de lo previsto en un principio.
Pero es probable que una mayor cantidad de crudo no d茅 mucho alivio a esta naci贸n, gracias a una serie de reformas fallidas. Ecuador reescribi贸 sus leyes de 辫别迟谤贸濒别辞 en 2010 para darle al Estado una mayor proporci贸n de lo que entonces eran beneficios extraordinarios del 辫别迟谤贸濒别辞, y estuvo de acuerdo en dar a los productores extranjeros un precio fijo por barril bombeado. Despu茅s de incumplir los pagos de lo que Correa llam贸 bonos extranjeros 鈥渋nmorales鈥, el pa铆s se vio obligado a recurrir a los chinos por $15,2 mil millones en pr茅stamos para financiar la extracci贸n de 辫别迟谤贸濒别辞, mejoras en la infraestructura y programas sociales. Los chinos insistieron, de manera premonitoria, en que los pr茅stamos fueran pagados con 辫别迟谤贸濒别辞 a menor precio. Como consecuencia de la ca铆da de los precios del 辫别迟谤贸濒别辞, los analistas estimaron que Ecuador estar铆a, al final del verano, vendiendo el 辫别迟谤贸濒别辞 de ITT a casi $20 menos por barril de lo que cuesta producirlo. A ra铆z de una destructiva erupci贸n del volc谩n Cotopaxi y un desastroso terremoto en la costa del Pac铆fico, cada barril de 辫别迟谤贸濒别辞 que se bombea empuja al alguna vez muy prometedor pa铆s a endeudarse cada vez m谩s. Los guardaparques dicen que ya no tienen combustible para los barcos y veh铆culos que necesitan para patrullar el parque frente a las incursiones cada vez m谩s audaces de los cazadores furtivos y le帽adores ilegales peruanos.
鈥淪e podr铆a observar f谩cilmente lugares como Nigeria y ver venir esto鈥, dice Ver贸nica Potes, una abogada de Quito y activista de los derechos de los pueblos ind铆genas. 鈥淧ero eso no ten铆a que suceder aqu铆. La codicia y la falta de transparencia han convertido la bendici贸n de tener recursos abundantes en una maldici贸n鈥.
Y, sin embargo, la suerte de la mayor parte del Yasun铆 todav铆a no est谩 echada. Solo unos pocos de los 360 pozos propuestos se han perforado en el bloque ITT del Yasun铆, y en las grandes extensiones de bosques v铆rgenes, justo al sur del parque, los pueblos ind铆genas han logrado hasta el momento defender sus territorios de la perforaci贸n. Mientras tanto, nuevos proyectos que implican la observaci贸n de aves y otras formas de turismo ecol贸gico, productos bot谩nicos derivados de los bosques, el cacao y la tala selectiva est谩n surgiendo como alternativas m谩s sostenibles a la extracci贸n de minerales.
En 2017, un nuevo gobierno (Correa no buscar谩 la reelecci贸n) podr铆a ver la explotaci贸n continua como una desventaja pol铆tica y estar m谩s abierto a la preservaci贸n de la Amazon铆a Ecuatoriana para las generaciones futuras. Eso es mucho m谩s probable, seg煤n ambientalistas ecuatorianos, si existe presi贸n extranjera. La fallida iniciativa ha tenido 茅xito, al menos, en el aumento de la conciencia mundial sobre la importancia del Yasun铆 y en el trazado de una l铆nea m谩s clara desde la extracci贸n de combustibles f贸siles a respuestas proactivas al cambio clim谩tico. A pesar del papel de Correa en la aniquilaci贸n de la iniciativa, 茅l ten铆a, al menos parcialmente, raz贸n en cuanto a que el mundo le hab铆a fallado al Yasun铆.
Preservar el lugar con mayor biodiversidad de la Tierra depende, al menos en parte, de nosotros, sobre todo a ra铆z de una reciente investigaci贸n de Amazon Watch que rastre贸 la ruta del crudo proveniente del oeste del Amazonas. Resulta que los chinos, con m谩s 辫别迟谤贸濒别辞 del que pueden usar, est谩n revendiendo la mayor parte a los Estados Unidos. Los activistas esperan que el 辫别迟谤贸濒别辞 amaz贸nico alg煤n d铆a sea estigmatizado como el 辫别迟谤贸濒别辞 de las arenas bituminosas de Canad谩, con boicots y presiones concomitantes para la desinversi贸n.
Si la experiencia piloto de Yasun铆zaci贸n es predictiva, o meramente un contratiempo en la l铆nea de partida hacia una manera viable de preservar la biodiversidad y frenar el cambio clim谩tico, a煤n est谩 por verse. Pero las semillas de una soluci贸n probablemente se encuentran en algo as铆 como lo que se propuso originalmente para Yasun铆. Sin incentivos para mantener el 辫别迟谤贸濒别辞 en el suelo, podr铆a ser imposible para el Ecuador, o para cualquier pa铆s en desarrollo, liberarse de la maldici贸n del 辫别迟谤贸濒别辞.
Mientras me siento para mi 煤ltima cena en la estaci贸n Tiputini, la puesta del sol bosqueja las siluetas de una tropa de monos tit铆 pigmeos (el mono m谩s peque帽o del mundo, con un peso de tan solo 3,5 onzas) movi茅ndose a trav茅s de las ramas bajas. Por encima de ellos, una bandada de guacamayos escarlata ri帽en sobre una abundante cantidad de frutas del bosque. El mundo industrializado todav铆a parece estar muy lejos. Pero a menos de 15 millas de la zona de comedor al aire libre del Tiputini, las plataformas petroleras ya est谩n en su lugar.
鈥淪铆, estamos preocupados鈥, dice Kelly Swing, el bi贸logo que codirige la estaci贸n. 鈥淗asta ahora, la construcci贸n de carreteras y la exploraci贸n no han afectado las partes de mayor importancia ecol贸gica del parque. Pero, ya se est谩n acercando al n煤cleo. Aun cuando se esforzaran m谩s en disminuir los impactos, hay algunos lugares que son demasiado fr谩giles para ser perforados para extraer 辫别迟谤贸濒别辞鈥.
La noche ecuatorial llega con rapidez. Despu茅s de la cena, acompa帽o a algunos de los estudiantes de Swing a una caminata nocturna a la plataforma de observaci贸n de Tiputini, que se eleva por encima de la copa de los 谩rboles del bosque. Sobre de un concierto de ranas, escucho el rasposo chwip de un Chotacabras de Escalera, comenzando su salida nocturna para buscar insectos. A mitad de camino de subida a la plataforma de 140 pies de altura, enfocamos nuestras luces en una familia de monos nocturnos, que nos miran desde la horquilla de un 谩rbol.
En la cima, apagamos nuestras luces, siguiendo el consejo de Swing, y miramos hacia el norte. Tarda un minuto m谩s o menos para que nuestros ojos se acostumbren a la oscuridad. Luego, uno por uno, lo advertimos: el tenue resplandor anaranjado del gas que se quema en una boca de pozo, m谩s all谩 del horizonte.
Las conversaciones se apagan mientras miramos la parte superior de la selva, en una noche sin luna iluminada por una luz m谩s que indeseada.