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De los 1.300 millones de acres privados que hay en los Estados Unidos, 878 millones son campos de cultivos, pastizales, prados, establecimientos ganaderos y caminos rurales. Las prácticas agrícolas tienen un gran impacto en las aves, la vida silvestre, el hábitat y el medioambiente. El programa de políticas agrícolas de ̽����ѡ se enfoca en el impacto ambiental que genera la agricultura y pone el énfasis en la conservación. Los hábitats agrícolas fundamentales para la vida silvestre son los humedales y los pastizales.

Esfuerzos para contener la reducción del hábitat

En la época pre-colonial existían distintos humedales a lo largo del continente, además de los 400 millones de acres de las praderas de las Grandes Llanuras. Hoy en día, solo la mitad de los humedales originales están intactos, y hacia el este de las planicies, el 99,99 % de las praderas históricas ya no existe. La intensificación de la actividad agrícola luego de la Segunda Guerra Mundial creó un sinfín de problemas ambientales, como la pérdida de hábitats para los seres vivos. Por primera vez se le agregó a la Ley Agrícola de 1985 una sección dedicada a la protección ambiental y, con esa mejora, los humedales y las praderas autóctonas ya no se pudieron drenar ni arar sin poner en riesgo los subsidios de un agricultor. La Ley Agrícola de 1985 también ofreció un Programa de Reservas para la Conservación de 40 millones de acres. Así se inició un proceso de recuperación de tierras que restauró unos 34 millones de acres de pastizales, dos millones de acres de árboles y medio millón de acres de humedales. La conversión de tierras marginales en tierras de cultivo también disminuyó notablemente. Esto ha generado importantes beneficios para las aves de pastizales y las aves acuáticas de toda la nación durante las últimas dos décadas.

El programa de políticas agrícolas de ̽����ѡ se enfoca en la conservación de praderas y humedales y en la protección de tierras marginales para que estas no se transformen en tierras para la producción agrícola intensiva. Financiar los programas de conservación, ponerlos en práctica y evaluar su impacto es un proyecto continuo. Las prácticas agrícolas también impactan en otras áreas de interés para ̽����ѡ, lo que incluye la calidad del agua, las especies invasivas y la producción de biocombustibles.  

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