Conozca a los fan谩ticos de las aves: Arrendajo

La cient铆fica superestrella Nicky Clayton utiliza gusanos y ositos de chocolate para ayudar a determinar donde se cruza la inteligencia de las aves y la humana.

Nota del Editor:听los miembros de la familia del cuervo, conocido como c贸rvidos, son algunas de las aves m谩s inteligentes del mundo. Algunas son capaces de utilizar herramientas, realizar trucos, ense帽ar cosas nuevas unos a otros, incluso llevar a cabo 鈥渇unerales鈥. Y, sin embargo, todav铆a hay mucho que no sabemos acerca de estas fascinantes y a veces confusas criaturas. 驴Qu茅 sucede en el interior de la mente de un c贸rvido? Tres principales cient铆ficos est谩n encontrando respuestas.

Nicky Clayton | Arrendajos (a continuaci贸n)

Tim Shields | Cuervos Comunes

John Marzluff | Cuervos Americanos听

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鈥溌e amo!鈥 dice Nicky. 鈥溌e amo!鈥
鈥溌e amo!鈥 dice Lisbon
.

Nicky Clayton tiene cabello rubio hasta los hombros y una postura que refleja su experiencia en el baile.听 Es una cient铆fica. Es muy inteligente. Lisbon es un ave, un Arrendajo. 脡l tambi茅n es muy inteligente. Como la mayor铆a de los arrendajos, especialmente los machos, Lisbon es tambi茅n un buen imitador. Por lo tanto, no est谩 claro si realmente ama a Nicky, a pesar de que sin duda le gusta cuando ella le da un gusano.

Si ama a alguien, es probable que sea a Rome, su compa帽era de toda la vida. Lisbon y Rome, ambos de ocho a帽os, han estado juntos desde que ten铆an solo dos. Comparten un recinto alambrado aqu铆 en el borde de Madingley, un pueblo ingl茅s tranquilo y bien cuidado a unas pocas millas al oeste de Cambridge.

Clayton, de 53 a帽os, se traslad贸 a la Universidad de Cambridge hace unos 16 a帽os, alrededor de la 茅poca en que se estaba convirtiendo en una estrella internacional de la ciencia por sus investigaciones sobre la inteligencia aviar. Como parte del acuerdo, la universidad acord贸 construir varias pajareras en su anexo de Madingley seg煤n las especificaciones de Clayton. No son lujosas, pero las pajareras cuentan con mucho espacio para que los cautivos vuelen por los alrededores, jueguen y se apareen, as铆 como con compartimentos especiales en los que colaboran con Clayton en experimentos de vanguardia sobre cognici贸n aviar. Hoy en d铆a los aviarios albergan cerca de 70 aves, incluyendo arrendajos, charas californianas y grajos, todos miembros de la familia de los c贸rvidos. Por la noche, se pueden o铆r los graznidos y chillidos en gran parte del pueblo.

En este d铆a particular, Clayton le pide a Lisbon y Rome que muestren su capacidad intelectual en un ejercicio de demostraci贸n. Coloca un gusano de cera de color blanco amarillento en la parte superior de una viga de madera que se extiende a trav茅s de la malla de alambre de su jaula, luego coloca otro gusano, y otro. Lisbon toma uno de los gusanos de cera y lo oculta en la grava en la parte inferior del recinto. A continuaci贸n, recoge dos piedras con su pico y las coloca, una por una, sobre la grava para marcar el lugar. (Al igual que muchos c贸rvidos, el Arrendajo almacena su alimento para comerlo en otra ocasi贸n. Sorprendentemente, pueden recuperar con fidelidad cientos de art铆culos de alimento 鈥攖odo desde semillas y bayas hasta cr铆as de roedores鈥 hasta varios meses m谩s tarde, durante el invierno, por ejemplo, cuando el alimento escasea). Luego, Lisbon toma otro gusano de cera y vuela hacia donde est谩 Rome, sentada en su percha. Lisbon le ofrece la larva; al principio, ella act煤a como si no le importara. (Hasta ahora nadie ha sido capaz de explicar tal fingida indiferencia). En un momento dado, sin embargo, ella cede y acepta el regalo, permitiendo que Lisbon empuje su pico dentro del de ella para depositar el gusano. Victorioso, Lisbon vuela de nuevo para recolectar m谩s gusanos de cera.

Hace poco, Lisbon tuvo la oportunidad de poner sus habilidades a prueba nuevamente. Clayton y sus colegas dise帽aron听听para ver si los arrendajos machos pueden anticipar lo que sus parejas femeninas quieren comer. En los ensayos, Lisbon y otros seis machos observaban a trav茅s de la malla de alambre mientras los estudiantes y post-doctorados de Clayton serv铆an larvas de gusanos, ya sea de cera o de escarabajos de harina, a las hembras. Luego fue el turno de los machos de alimentar a sus parejas. Teniendo en cuenta las opciones 鈥攇usano o escarabajo鈥攊nvariablemente seleccionaron aquel que sus parejas no hab铆an devorado a煤n. Para nosotros, los seres humanos, al menos cuando estamos siendo reflexivos, comprender intuitivamente lo que podr铆a querer otra persona es un negocio de todos los d铆as, 驴ella querr谩 sushi o quiz谩s comida tailandesa, india o china? Pero para un ave es algo muy importante.

Los cient铆ficos han sabido por mucho tiempo que las aves 鈥攅specialmente las de la familia de los cuervos鈥 son incre铆blemente inteligentes. De hecho, algunos dicen que puede ser uno de los animales m谩s inteligentes de la Tierra, capaz de lograr听听que una vez se pens贸 que eran capacidades solo atribuibles a los humanos, como por ejemplo resolver problemas, fabricar herramientas, tener en cuenta acontecimientos futuros y, tal vez, como ha demostrado Lisbon, considerar el estado mental de otro individuo. S铆, un ave puede hacer todo eso. Y la investigaci贸n de Clayton ha jugado un papel importante en estos descubrimientos. 鈥淓lla es una persona extraordinaria que logra mucho en un corto per铆odo de tiempo鈥, dice Peter Slater, investigador sobre el canto de las aves en la Universidad de St. Andrews en Escocia y ex supervisor del doctorado de Clayton. 鈥溌o creo que duerma! Ella ten铆a y, obviamente, todav铆a tiene, un gran don para identificar preguntas interesantes y dise帽ar experimentos para abordarlas鈥.

El inter茅s de Nicky Clayton en las aves se remonta a mucho tiempo atr谩s. Como hija 煤nica de un padre qu铆mico org谩nico y una madre maestra, creci贸 en Blackpool, una localidad costera en el noroeste de Inglaterra. Desde que tiene memoria siempre quiso volar como un ave. Le encantaba la forma en que las aves se mov铆an a trav茅s del cielo, c贸mo viv铆an 鈥渆n un mundo tan complejo de tres dimensiones鈥. Pas贸 gran parte de sus vacaciones en Leighton Moss, una reserva natural cerca de Blackpool a cargo de la Real Sociedad para la Protecci贸n de las Aves. Arrastr谩ndose a trav茅s de las ca帽as frondosas, ejercitaba sus habilidades con los binoculares observando avetoros, bigotudos y aguiluchos laguneros,.

A principios de la d茅cada de 1980, Clayton fue aceptada en el Departamento de Zoolog铆a de la Universidad de Oxford para estudiar con John Krebs. Comoen ecolog铆a conductual aviar, Krebs ser铆a conocido m谩s adelante por su descubrimiento de que听las aves que almacenan alimentos tienen un hipocampo relativamente grande, la regi贸n del cerebro responsable en gran medida de la consolidaci贸n de recuerdos. Durante el tiempo que Clayton trabaj贸 con Krebs, ella se concentr贸 en c贸mo el ojo izquierdo y derecho del Carbonero Palustre trabajan juntos cuando las aves est谩n creando mapas del tesoro mentales de d贸nde se encuentra su alimento. Sus experimentos听听el papel clave de la memoria espacial en las aves que almacenan alimentos, y dio lugar a dicho doctorado en St. Andrews con Slater.

D茅cadas de investigaci贸n anterior utilizando grabaciones de cantos de aves adultas hab铆an demostrado con claridad que las cr铆as de aves aprenden sus canciones de los machos m谩s viejos. Pero hubo un gran debate acerca de qu茅 machos, 驴sus padres, o los p谩jaros vecinos? En su trabajo con el Pinz贸n Cebra, Clayton demostr贸 que ambas respuestas podr铆an estar en lo cierto, dependiendo de la situaci贸n. Si las cr铆as de aves se colocaban en la misma jaula con los tutores adultos, aprend铆an del individuo m谩s agresivo con ellos. Pero si se encontraban separadas de los instructores por una malla de alambre 鈥攍o cual significaba que no pod铆an ser atacadas鈥攓ue sonaba m谩s como sus propios padres, fuera intimidante o no.

En la 茅poca en que el trabajo de Clayton se encontraba en plena marcha, otros cient铆ficos estaban generando sus propias evidencias de que la inteligencia aviar hab铆a sido seriamente subestimada. En la d茅cada de 1990, Gavin Hunt, ahora en la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda, cambi贸 la sabidur铆a convencional acerca de los cerebros de las aves cuando demostr贸 que los cuervos de Nueva Caledonia pueden听听con ramas y hojas y utilizarlas para buscar insectos escondidos en troncos y 谩rboles. El trabajo de Hunt sacudi贸 a los investigadores del comportamiento animal tanto como lo hizo听 unos 30 a帽os atr谩s, cuando observ贸 que los chimpanc茅s en Tanzania fabricaban herramientas con hojas de hierba y las utilizaban para sacar termitas de la tierra. Hasta entonces, la mayor铆a de los cient铆ficos cre铆a que solo los seres humanos fabricaban herramientas, una suposici贸n por lo general denominada 鈥溾. El hallazgo de que las aves tambi茅n podr铆an hacerlo 鈥攋unto con, seg煤n las investigaciones m谩s recientes, delfines, elefantes, e incluso peces鈥 ha terminado con ese prejuicio para siempre.

Pero el trabajo de Clayton va un paso m谩s all谩 del uso de herramientas, se centra en el punto crucial de la pregunta acerca del cerebro de las aves. La capacidad de Lisbon para predecir lo que Rome querr谩 comer ilustra que 茅l y sus compa帽eros arrendajos pueden compartir una capacidad cognitiva sofisticada que podr铆a estar relacionada con la 鈥渢eor铆a de la mente鈥, la capacidad de atribuir estados mentales, como simulaci贸n, conocimientos, deseos, intenciones y creencias, a uno mismo y a los dem谩s, y comprender que los estados mentales de los otros pueden ser diferentes del propio. Esta es la definici贸n de empat铆a. Y esto podr铆a ser evidencia de que existe en las aves.

Sus experimentos han revelado tambi茅n que los miembros de la familia de los cuervos parecen participar en otra habilidad, que antes se cre铆a era solo humana, denominada 鈥渧iaje en el tiempo mental鈥, la capacidad de recordar lo que sucedi贸 en el pasado con el fin de planear para el futuro, como cuando un ni帽o ve a un astronauta partir hacia el espacio y luego decide que 茅l o ella tambi茅n quiere crecer para ser un viajero espacial. Si bien es muy poco probable que el viaje mental en el tiempo de las aves sea tan grandioso, Clayton y sus colegas han demostrado que puede existir en al menos una forma rudimentaria.

鈥淟lamar a alguien 'cerebro de p谩jaro' sol铆a ser un insulto鈥, dice el bi贸logo evolutivo Russell Gray, director del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana en Jena, Alemania, quien m谩s tarde demostr贸 junto con Gavin Hunt que el uso de herramientas por parte de los cuervos de Nueva Caledonia era una combinaci贸n de talento heredado y comportamiento aprendido. 鈥淧ero los experimentos inteligentes que Nicky ha llevado a cabo han de la cognici贸n aviar鈥.

Clayton se encontr贸 por primera vez con las charas californianas a mediados de la d茅cada de 1990, no bajo los cielos sombr铆os de Inglaterra sino en las zonas verdes de la soleada California, donde hab铆a aceptado un puesto en el cuerpo docente de la Universidad de California-Davis. Fue reclutada para la universidad por Peter Marler, un pionero en el campo del comportamiento animal, m谩s famoso por sus investigaciones sobre los or铆genes del canto de las aves y su investigaci贸n con Jane Goodall para comprender mejor c贸mo se comunican los gorilas y chimpanc茅s. Clayton reflexionaba sobre el tema para su proyecto de investigaci贸n mientras almorzaba al aire libre en el amplio campus. Observando c贸mo las charas californianas escond铆an su alimento en el c茅sped, comenz贸 a preguntarse si, adem谩s de la memoria espacial, las charas tambi茅n contaban con algo denominado 鈥渕emoria epis贸dica鈥, la capacidad de recordar cosas que hab铆an sucedido en el pasado, as铆 como cu谩ndo y d贸nde.

La memoria epis贸dica es un ingrediente clave en el viaje en el tiempo mental. En lo que se convertir铆a en un punto de inflexi贸n en su carrera, Clayton pronto se top贸 con Anthony Dickinson de Cambridge, un experto en neurociencia cognitiva y conductual, en una reuni贸n en Montreal y los dos se pusieron a hablar. 鈥淭ony dijo que los animales no tienen recuerdos epis贸dicos; no los necesitan鈥, recuerda Clayton. Dickinson tiene un recuerdo similar: 鈥淓n ese momento no conoc铆a ning煤n ejemplo, ni pod铆a pensar en una funci贸n para la memoria epis贸dica. Todo lo que los animales requieren es el conocimiento acerca de su entorno, no la memoria de episodios espec铆ficos. O eso es lo que pens茅 en ese momento鈥.

Mientras Clayton ten铆a el presentimiento de que, efectivamente, los c贸rvidos s铆 ten铆an esta funci贸n de memoria, demostrarlo era otra cosa. Pero pronto encontr贸 una manera de hacerlo. Primero proporcion贸 varias oportunidades para que los arrendajos decidieran si prefer铆an almacenar gusanos de cera frescos o cacahuetes secos en bandejas para cubos de hielo de pl谩stico de diferentes colores llenos de arena. Los arrendajos aprendieron r谩pidamente que los gusanos de cera se echaban a perder despu茅s de varios d铆as y ya no eran sabrosos, mientras que los cacahuetes tienen una vida 煤til muy larga. Luego, se les permiti贸 a las aves almacenar gusanos de cera en un lado de la bandeja y cacahuetes en el otro lado. (Uno u otro lado de la bandeja se cubri贸 con pl谩stico transparente, por lo que no ten铆an otra opci贸n de d贸nde almacenar cada elemento). Luego ellos recuperaron los alimentos, ya sea despu茅s de cuatro horas o cinco d铆as. Tras el per铆odo de cuatro horas, los arrendajos prefieren enormemente los gusanos de cera, pero despu茅s de cinco d铆as, escogieron听听a pesar de que prefer铆an los gusanos.

Clayton quer铆a estar segura de que su experimento era herm茅tico, que las aves se basaban estrictamente en la memoria y no en el olor de los gusanos en mal estado para tomar sus decisiones. As铆 que su equipo realiz贸 un segundo experimento en el que, despu茅s de que las aves hab铆an almacenado el alimento, los investigadores retiraban todo el alimento de las bandejas y lo reemplazaban con arena fresca. Luego se contaron el n煤mero de veces que los arrendajos picoteaban la arena a ambos lados de la bandeja, en busca del alimento. Los arrendajos recordaron no solo qu茅 alimentos se hab铆an escondido y d贸nde se hab铆an escondido, pero tambi茅n cu谩ndo lo hab铆an hecho.

Ese trabajo dio lugar a otro estudio 鈥攅l cual lleg贸 a ser conocido como el experimento de 鈥溾濃 el cual demostr贸 que los arrendajos eran capaces de planificar el futuro. Clayton y su equipo alojaron a las aves en tres compartimentos, o 鈥渟alas鈥, dispuestos en una fila y les ense帽aron que ellos ser铆an capaces de encontrar alimento, ya sea en una o en la otra habitaci贸n en los extremos de la fila cada ma帽ana. Por la noche se las aliment贸 con nueces de pino en la sala central y se les permiti贸 esconderlas en bandejas especiales. Las aves aprendieron r谩pidamente. Almacenaron tres veces m谩s nueces en la sala de 鈥渄esayuno鈥 que en cualquier otra habitaci贸n. (La posici贸n de la habitaci贸n variaba en cada ensayo del experimento de modo que las aves no la identificaran simplemente por su ubicaci贸n). Muchos investigadores aclamaron听听como prueba de que los arrendajos pod铆an planificar para situaciones futuras, lo cual, junto con la memoria epis贸dica, es la otra caracter铆stica clave del viaje en el tiempo mental.

Michael Corballis, un psic贸logo de la Universidad de Auckland que hab铆a sido uno de los principales defensores de la opini贸n de que el viaje en el tiempo mental era una capacidad exclusivamente humana, dice que ahora 鈥渃omprende el punto de vista de Nicky鈥, debido a sus 鈥渆xperimentos elegantes鈥, as铆 como la investigaci贸n m谩s reciente sobre ratas que sugiere que pueden reproducir en sus cerebros los giros y las vueltas de un laberinto.

Pero antes de que Clayton dejara UC Davis para tomar su puesto de trabajo permanente en la Universidad de Cambridge, se produjo otro acontecimiento importante que afectar铆a profundamente tanto su vida personal como profesional: conoci贸 a su futuro esposo, Nathan Emery, un neurocient铆fico que se encontraba haciendo su doctorado, en una fiesta. Pero es lo que hizo 茅l despu茅s de que se conocieron lo que cuenta. Algunos hombres env铆an flores. Emery le envi贸 su ponencia sobre el papel de la fijaci贸n de la mirada 鈥攍a capacidad de mirar a los ojos a otros鈥 en la vida social de los primates. 鈥淣athan pensaba que los primates eran los m谩s especiales ya que pod铆an hacer esto y aquello鈥, recuerda Clayton. 鈥淎s铆 que le envi茅 algo que demostraba que las aves tambi茅n pod铆an hacerlo. Los arrendajos realmente te miran y reconocen a las personas鈥.

Clayton y Emery se casaron y m谩s tarde publicaron un estudio clave que ellos llaman el ensayo 鈥渟e necesita un ladr贸n para reconocer a un ladr贸n鈥, acerca de la teor铆a de la mente. Encontraron que si un arrendajo estaba siendo observado por otro mientras estaba escondiendo alimento, volver铆a a ocultarlo en alg煤n otro lugar cuando el segundo arrendajo ya no estuviera presente. Pero los 煤nicos arrendajos que 鈥渞ealmacenaban鈥 los alimentos de esta manera fueron los que ya eran conocidos por robar el alimento de los dem谩s. Parec铆a que el arrendajo deb铆a conocer su propia mente malintencionada para darse cuenta de que era necesario proteger su alimento de otros ladrones. 鈥淧ara ser a la vez el protector de tus propios alimentos y un ladr贸n activo de los de los dem谩s, debes ver las cosas desde diferentes puntos de vista鈥,听 Clayton.

Aunque la mayor铆a de los investigadores de cognici贸n animal coinciden en que la inteligencia de las aves se subestim贸 considerablemente antes que Clayton entrara en la escena de la investigaci贸n, el campo est谩 m谩s dividido sobre lo que significan sus resultados, y en particular si los c贸rvidos 鈥攃on el cerebro del tama帽o de una nuez鈥 realmente tienen algo parecido a la teor铆a de la mente humana. Uno de los cr铆ticos m谩s agudos ha sido Daniel Povinelli, un antrop贸logo de la Universidad de Luisiana en Lafayette. Povinelli reconoce que听, en algunos aspectos incluso m谩s inteligentes que los chimpanc茅s y otros primates, y que son capaces de una forma rudimentaria de razonamiento abstracto. Pero insiste en que la evidencia no llega a demostrar que realmente pueden entender lo que est谩 en la mente de otra ave. Desde el punto de vista de Povinelli, su comportamiento de apariencia sofisticada puede explicarse m谩s sencillamente por lo que en realidad observan en el mundo real que por la capacidad de entender c贸mo piensa otra ave.

Thomas Suddendorf, un psic贸logo de la Universidad de Queensland en Brisbane, Australia, dice que para entender realmente lo que est谩 pasando en esos cerebros de aves, Clayton y otros investigadores necesitan publicar m谩s estudios que proporcionen evidencia tanto de la inteligencia de las aves como de los l铆mites de sus capacidades intelectuales. 鈥淓s mucho m谩s excitante aprender que un animal puede hacer algo que pens谩bamos que no pod铆a鈥, dice Suddendorf. 鈥淧ero para una imagen completa, tenemos que conocer sus l铆mites. Los resultados negativos pueden ser muy informativos acerca de los procesos subyacentes que impulsan el comportamiento鈥.

Es probable que el desaf铆o m谩s directo a las interpretaciones de Clayton haya sido presentado por Elske van der Vaart, una investigadora en la Universidad de Reading, en el Reino Unido. Van der Vaart trabaj贸 en el laboratorio de Clayton durante seis meses, mientras era estudiante de doctorado y luego public贸 una serie de simulaciones por computadora que sugieren que al menos algo de lo que parec铆a ser la teor铆a de la mente podr铆a ser duplicado por 鈥渁ves virtuales鈥 鈥攅s decir, aves de ficci贸n cuyo comportamiento fue generado en su totalidad por una computadora鈥 que lo 煤nico que ten铆an a modo de informaci贸n eran las observaciones del comportamiento de otras aves. No se requiri贸 la lectura de la mente. Poco despu茅s, sin embargo, el grupo de Clayton public贸 su propio ensayo听 al menos uno de los supuestos clave de van der Vaart acerca de que lo que estaban haciendo las aves estaba mal.

Van der Vaart dice que Clayton estaba 鈥渢otalmente de acuerdo鈥 con sus intentos de encontrar explicaciones alternativas. 鈥淣unca tuve la impresi贸n de que Nicky tuviera ninguna duda de que los arrendajos son exactamente tan inteligentes como parecen ser. Pero definitivamente ve el valor de los modelos que desaf铆an esa hip贸tesis, aunque solo sea porque agudizan nuestra comprensi贸n de cu谩n inteligentes son con exactitud.

A pesar de que sus experimentos han convencido a muchos investigadores de que los c贸rvidos tienen algo por lo menos similar a la teor铆a de la mente y el viaje en el tiempo mental, Clayton dice que no est谩 interesada 煤nicamente en si la tienen o no. Lo que m谩s le importa es 鈥渃贸mo lo hacen, y si lo hacen de la misma manera que los seres humanos鈥.

El cerebro de un c贸rvido puede ser peque帽o, pero Clayton se帽ala que esto no cuenta toda la historia de la inteligencia aviar. En relaci贸n con el tama帽o del cuerpo, el cerebro de los c贸rvidos es tan grande como el de los chimpanc茅s y gorilas. Por el contrario, el cerebro de una paloma, la cual tiene aproximadamente el mismo tama帽o de cuerpo que un c贸rvido t铆pico, es mucho menor. Clayton y Emery, que ahora trabajan en la Universidad Queen Mary de Londres, han听听que el cerebro de las aves y los seres humanos son mucho m谩s similares acerca de la forma en que funcionan de lo que se cre铆a, incluso si los dos grupos de animales听hace unos 300 millones de a帽os. Aunque el cerebro de las aves tiene una estructura muy diferente 鈥攅n contraste con la corteza prefrontal humana, las aves realizan la mayor parte de su 鈥減ensamiento鈥 en una estructura llamada听鈥 Clayton sostiene que 鈥渢odos los patrones de los canales de conectividad y comunicaci贸n son similares. Hay solo tantas maneras de hacer una m谩quina de pensar鈥.

Durante los 煤ltimos a帽os Clayton y sus estudiantes graduados y en doctorado han adoptado dos enfoques principales para comparar y contrastar c贸mo piensan las aves y los seres humanos. Continuando su trabajo con Rome, Lisbon y la banda, han dise帽ado nuevos experimentos para averiguar los l铆mites de la capacidad de las aves para interpretar los pensamientos de otros c贸rvidos.

Al mismo tiempo, el equipo de Clayton ha comenzado a trabajar con ni帽os de alrededor de tres a seis a帽os de edad, a los que se les asignaron tareas similares a aquellas que los c贸rvidos pueden llevar a cabo con 茅xito para ver a qu茅 edad los ni帽os desarrollan estas habilidades cognitivas. En un conjunto de experimentos, similares en concepto a los que Rome y Lisbon realizaron, el equipo le pide a un ni帽o que empaque una caja de comida para otro ni帽o de la misma edad despu茅s de ver un video en el que se ve al segundo ni帽o comiendo ya fuera galletas o trozos de manzana. La idea era ver si los ni帽os entender铆an que el ni帽o en el video ya hab铆a comido mucho de un alimento y quiz谩s podr铆a preferir tener la otra opci贸n.

Otro experimento se parec铆a a uno que Clayton realiz贸 a帽os antes con gusanos de cera perecederos y cacahuetes duraderos, salvo que en este caso, el art铆culo perecedero era un osito de chocolate y el duradero era una galleta de t茅 dura. Despu茅s de mostrarle a los ni帽os que el osito, que fue colocado en una caja caliente, se derretir铆a en un per铆odo corto de tiempo 鈥攜 se les inform贸 que no pod铆an comer el chocolate si estaba derretido鈥 tuvieron que elegir de antemano qu茅 alimento obtendr铆an despu茅s de ya sea un periodo de tiempo corto o uno m谩s largo.

Hasta ahora, estos experimentos con dise帽os similares al almacenamiento de alimentos, planificaci贸n del futuro y otras situaciones que se utilizan para probar la cognici贸n aviar, han demostrado que los听听en los primeros a帽os de vida, pero que luego son capaces de realizar las tareas igual que los c贸rvidos cuando llegan a tener cuatro o cinco a帽os de edad.

La gran pregunta planteada por los experimentos de c贸rvidos y humanos, dice Clayton, es c贸mo estos dos tipos de mentes pueden producir tales funciones psicol贸gicas similares. Una forma de verlo, ella sugiere, es que las diferencias podr铆an ser similares a las que existen entre las computadoras Mac y PC, sus sistemas operativos son muy diferentes, pero terminan haciendo una gran cantidad de las mismas cosas. Mientras que Clayton no especula sobre qu茅 especie es Mac y cu谩l es PC, s铆 tiene la esperanza de que su investigaci贸n arroje algo de luz sobre una pregunta m谩s fundamental: 鈥溌縌u茅 significa ser un ave y qu茅 significa ser un ser humano?鈥.