Guardianes de los Somormujos

Para proteger al Mac谩 Tobiano amenazado por el clima, los voluntarios acampan en lagos remotos a gran altura en Patagonia durante toda la temporada de reproducci贸n.

En 1974, un equipo de cient铆ficos que realizaba una caminata a lo largo de las remotas mesetas volc谩nicas del sur de Argentina descubri贸 de forma inesperada una nueva especie de podicip茅didos anidando en lagos a gran altura. En el poco tiempo desde aquel entonces, el se ha convertido en una de las aves en mayor peligro de extinci贸n en Patagonia. Estas aves buceadoras se reproducen exclusivamente en lagos azotados por los vientos a la sombra de los Andes, en donde varios factores conducen a su extinci贸n.

En verano, los Mac谩 Tobianos construyen nidos flotantes sobre cauces de milenrama roja de agua en lagos con agua procedente principalmente del deshielo. El cambio clim谩tico ha causado condiciones m谩s secas en Patagonia, haciendo que los cuerpos de agua adecuados para la nidificaci贸n sean m谩s dif铆ciles de encontrar. En la d茅cada de los 80, los cient铆ficos calcularon que m谩s de 100 lagos de las mesetas patag贸nicas funcionaban como colonias de reproducci贸n para al menos 5,000 Mac谩 Tobianos. Actualmente solo existen 20 lagos en los cuales los cient铆ficos pueden encontrar regularmente a los 800 ejemplares restantes, comenta Kini Roesler, director de conservaci贸n en Aves Argentinas.

Para ayudar a la especie a mantenerse, los investigadores y voluntarios junto con la ONG y el socio de BirdLife International, , acampan al lado de las colonias durante toda la temporada de reproducci贸n, desde mediados de octubre hasta mediados de abril, supervisando a las aves desde que realizan su vistosa danza del apareamiento hasta que las cr铆as empluman. El programa, que incluye la remoci贸n de depredadores y protecci贸n del h谩bitat, ha ayudado a evitar que la poblaci贸n se reduzca a煤n m谩s, explica Roesler.

Cuando el fot贸grafo italiano , quien obtuvo un doctorado en ecolog铆a del comportamiento y estudi贸 la migraci贸n de aves de rapi帽a, tom贸 conocimiento acerca de la cr铆tica situaci贸n de las aves, se vio fascinado de inmediato. 鈥淐omenc茅 a visualizar la historia que podr铆a contar鈥, afirma, 鈥渓os podicip茅didos y su comportamiento, los paisajes en donde habitan y todas estas personas intentando salvar la especie鈥.

Los Mac谩 Tobianos demuestran una exhibici贸n de apareamiento elaborada. En este momento del ritual, las aves juntan los pechos, y usan las patas para elevarse y deslizarse a lo largo de la superficie del agua, sacudiendo las cabezas de forma sincronizada mientras se miran mutuamente. En otros momentos, juntan los pechos y nadan en c铆rculos mientras mueven los cuellos adelante y atr谩s en un patr贸n invertido como 芦d谩ndose cabezazos禄 .

Uno de los desaf铆os con los que se top贸 Mellone al fotografiar estas aves fue capturar sus veloces movimientos de danza con la poca luz de la ma帽ana y de la noche. Viento, olas, plumas blancas y una ubicaci贸n remota, todo sumaba para generar condiciones dif铆ciles para la fotograf铆a. Tener muchos d铆as en el campo era esencial para poder tomar fotos como esta. 鈥淵o [podr铆a] pasar todo el tiempo que quisiera para estudiar la luz y el comportamiento de las aves e intento hacer lo mejor para sacar las mejores fotos鈥, cuenta.听

Andr茅s de Miguel (izquierda) recopila huevos abandonados de nidos de Mac谩 Tobianos como parte de un esfuerzo de reproducci贸n en cautiverio para fomentar el crecimiento de poblaciones (los adultos normalmente abandonan uno de los huevos). Los huevos se transportan a instalaciones de reproducci贸n en cautiverio en donde los incuban hasta que eclosionan. Los investigadores est谩n trabajando para descubrir c贸mo criar estos polluelos en cautiverio y finalmente liberar a las aves en peligro cr铆tico de extinci贸n de nuevo hacia rutas salvajes.听

Una vez apareadas, las aves construyen sus nidos flotantes y normalmente ponen dos huevos. Luego de que el primero eclosione, abandonan el segundo, a menos que ambos polluelos eclosionen en sucesi贸n r谩pida; en esos casos, cr铆an a ambos.听Noventa y siete porciento de las veces, los podicip茅didos cr铆an un solo polluelo, explica Roesler.听

Uno de los padres lleva al polluelo que reci茅n eclosion贸 en el lomo mientras el otro nada en busca de crust谩ceos como camarones para alimentar a la cr铆a. Los polluelos pasan las primeras tres a cuatro semanas de paseo en los lomos de los padres. Los Mac谩 Tobianos no le temen a las personas, dice Mellone, aunque utiliz贸 este escondite camuflado flotante para evitar molestarlos mientras capturaba este 铆ntimo retrato familiar.听听

Como otras especies depodicip茅didos, los Mac谩 Tobianos son conocidos por comer plumas. Los ornit贸logos creen que las aves lo hacen para ayudar a la digesti贸n. Las plumas en el intestino podr铆an ayudar a absorber la comida o filtrar pedacitos duros indigeribles como huesos de pescados o caparazones de crust谩ceos, comenta Roesler. Los podicip茅didos finalmente eliminan las plumas en peque帽as bolitas.

Mellone lleg贸 a este lago (izquierda) en la meseta Buenos Aires para encontrar a Mac谩 Tobianos a la vista pero sin construir nidos. Para construir nidos flotantes, las aves requieren milenrama, una planta acu谩tica que crece en la superficie del lago.听Unos d铆as luego de la llegada Mellone, la evaporaci贸n redujo el nivel del agua, dejando a la milenrama expuesta y creando condiciones de reproducci贸n ideales. El lago y la meseta de mayor tama帽o est谩n dentro del Parque Nacional Patagonia, que protege aproximadamente 130,500 acres de tierra en Argentina. Este a帽o Chile con el mismo nombre dentro de sus fronteras; los conservacionistas esperan con el tiempo crear un parque binacional, explica Roesler, que se extienda desde los bosques chilenos hasta el desierto argentino.听

Durante el tiempo vulnerable antes de que los polluelos emplumen, investigadores y voluntarios de Aves Argentinas se desempe帽an como 鈥済uardianes de la colonia鈥, protegiendo a las aves al alejar, con redes de niebla, a las Gaviotas Cocineras, por ejemplo, y sacando a Visones Americanos que fueron introducidos a la regi贸n.

Al llegar febrero, las aves vuelan 100 millas al este para pasar el invierno en estuarios en la provincia de Santa Cruz. Algunos de los guardianes los siguen hasta all铆 mientras que otros vuelven a sus hogares, ansiosos por sus custodias aviares pero con confianza que han hecho todo lo posible para garantizar la supervivencia de otra generaci贸n.

Este art铆culo se public贸 originalmente en el ejemplar de oto帽o de 2018.听Para recibir la revista impresa, h谩gase miembro hoy mismo .