Jayson Fann no es un ave, pero construye nidos. Cientos de nidos, enormes, con dise帽os radiales que fluyen a partir del y otros c贸digos matem谩ticos. En las colinas de Big Sur, en California, Fann recolecta 谩rboles ca铆dos, ramas y hojas y las transforma en nidos para las criaturas de la zona, tengan alas o no. 鈥淟os nidos son universales鈥, explica. 鈥淭odas las criaturas buscan refugio; un lugar para resguardarse y tener sus cr铆as. Es uno de los ejes del ciclo de la naturaleza鈥.
Fann, un hombre alto de 45 a帽os, con rasgos delicados y un inter茅s particular por el fieltro, es carpintero, educador y conservacionista. En su , trabaja casi en forma exclusiva con eucaliptos, una especie invasiva originaria de Australia, que ahora plaga los bosques de la costa de California. A mediados del siglo XIX, se plantaban 谩rboles de madera dura para utilizar como biocombustible, dice Joel McBride, experto en eucaliptos y planificaci贸n ambiental de UC Berkeley. Y adem谩s cortan las r谩fagas de viento y son una buena fuente para obtener madera. Sin embargo, a medida que crecieron generaron combusti贸n en una regi贸n que ya era propensa a los incendios forestales. Hace tan solo dos a帽os, las monta帽as al norte de Big Sur sufrieron .
Con su aporte, peque帽o pero preciso, Fann ayuda a eliminar esa le帽a. Robustos frente a la adversidad, los eucaliptos son ideales para desarrollar una tarea tan poco convencional. 鈥淭engo nidos que han durado 15 a帽os, y la madera sigue estando en perfecto estado a煤n a pesar de la exposici贸n a todo tipo de climas鈥, explica. Al cabo de m谩s de dos d茅cadas construyendo nidos, el artista estima haber reutilizado al menos varios cientos de 谩rboles.
Para 茅l, las ventajas forestales suman a una tarea que ya de por s铆 es alegre y terap茅utica. La educaci贸n tambi茅n es parte de la misi贸n; Fann trabaja muchas veces con ni帽os en sus nidos, y colabora con escuelas locales y organizaciones juveniles. 鈥淨uiero que los m谩s j贸venes se entusiasmen por el mundo en el que vivimos y se apasionen por c贸mo se conectan los elementos鈥, dice. Una vez que las estructuras est茅n terminadas, los ayudantes se acercan con sus escaleras para explorarlas mientras Fann responde sus consultas.
La fascinaci贸n de Fann con los nidos comenz贸 cuando era peque帽o. A煤n recuerda el primer nido que construy贸 en el armario de su habitaci贸n siendo solo un ni帽o en Omaha, Nebraska. M谩s tarde, su familia se mud贸 cerca del r铆o Platte, donde Fann comenz贸 a hacer nidos para ni帽os con los restos de madera flotante que recog铆a en la ribera. En su adolescencia, se mudaron a Big Sur y ah铆 se ha quedado hasta el d铆a de hoy.
California cambi贸 la filosof铆a de los nidos de Fann de muchas maneras, adem谩s de sus materiales. Primero, lo llev贸 a estudiar con las comunidades ind铆genas del estado para incorporar cuestiones de proteccionismo ambiental a su arte y ense帽anzas. 鈥淐uanto m谩s expuestos est谩n los ni帽os a la interrelaci贸n entre lo que hacemos como seres humanos, mayor ser谩 su sentido de la responsabilidad鈥, explica Fann. Tambi茅n ha logrado el compromiso de residentes, turistas y pacientes a trav茅s de su arte, tanto dentro como fuera de Big Sur. El Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Medioambiental de EE. UU., el Museo de Historia Natural de Pacific Grove, los eco-resorts Treebones y la Biblioteca P煤blica Basalt en las afueras de Aspen, Colorado, encargaron algunos de sus nidos.
Recientemente, el artista comenz贸 a trabajar en colaboraci贸n con parques estatales de los condados de Marin y Monterey para crear nidos 鈥渧ivos鈥. Tejidos a partir de tacones de sauce plantados en forma estrat茅gica, el nido gigante se podr谩 utilizar como un sal贸n de clases al aire libre, similar al resto de las instalaciones de Fann. Sin embargo, a diferencia de los dem谩s, este nido continuar谩 鈥渆n proceso鈥 aun cuando la construcci贸n se haya terminado: Se necesitar谩 podarlo con frecuencia a medida que crezcan nuevos brotes de los sauces. Pero, seg煤n Fann, es parte de la diversi贸n: La belleza de construir con plantas como sauces, eucaliptos o el bamb煤, que algunos quieren que saques de su jard铆n, es que presentan su propia arquitectura. Las aves dependieron de eso durante siglos, y parece que los humanos, finalmente, estar谩n a la altura.
Esta historia se public贸 originalmente en la edici贸n de verano de 2018 como 鈥The Bird Man's Lairs鈥 (La guarida del hombre ave). Para recibir el ejemplar impreso de la revista, h谩gase miembro