La valiente misi贸n de un cient铆fico para salvar dos especies de aves marinas de Haw谩i en peligro de extinci贸n

En la monta帽osa isla de Kauai, pardelas y petreles esquivos cavan en el terreno arbolado. Para salvar a estas especies se necesita un cambio radical, liderado por un hombre igual de extremista.

En mi primer d铆a en la jungla de Kauai con el bi贸logo de aves marinas Andre Raine, me veo obligado a realizar un glosario mental para interpretar la evaluaci贸n del terreno de este hombre y sobrevivir en el intento. Cuando anuncia que 鈥渆sta pr贸xima secci贸n est谩 un poco resbalosa鈥 en realidad significa que 鈥渆sa ladera aterradora y empinada se ha transformado en una pared vertical de lodo鈥. Si dice que 鈥渆sta parte es un poco complicada鈥, se traduce como 鈥渟olo una persona con las habilidades de un mono ara帽a y que practique jujitsu puede salvarse de caer 3,600 pies en picada hacia una muerte segura鈥.听Y todas las veces que repite que algo 鈥渆st谩 a unos pasos de distancia鈥 en realidad quiere decir que comenzaremos una marat贸n infernal, inclemente y dolorosa. Y que seguramente nos har谩 llorar.

Esa ma帽ana de junio, el helic贸ptero nos dej贸 sobre una monta帽a alta, boscosa y horriblemente angosta. Era una pincelada color esmeralda en el cielo, uno de los tantos que cruzaban la reserva natural Hono O N膩 Pali del noroeste remoto de Kauai, junto a valles fluviales inmensos y cataratas impresionantes. Raine encabeza el Proyecto de recuperaci贸n de aves marinas en peligro de extinci贸n de Kauai, y dos de las especies de las que se ocupa, la y el , tienen el mal h谩bito (para nosotros) de nidificar en las paredes de los acantilados y en las puntas inaccesibles de estas cordilleras de fantas铆a. Este lugar no evolucion贸 en absoluto para permitir el desplazamiento humano. Y sin embargo ah铆 est谩bamos, Raine, el fot贸grafo Tom Fowlks, y yo con las botas puestas, despidi茅ndonos de un helic贸ptero que quiz谩s vuelva (o no) en tres d铆as. Todo depend铆a del clima pero, a medida que el helic贸ptero se perd铆a en la distancia, comenz贸 a llover torrencialmente.

Fiel a su nombre, Raine (parecido a 鈥渞ain鈥, que en ingl茅s significa 鈥渓luvia鈥), no usa ning煤n tipo de equipo para resguardarse de este clima. 鈥淪ub铆 cientos de veces, y tal vez no lluv贸 dos veces鈥, nos cuenta, mientras marchamos hacia los arbustos y matorrales. Su filosof铆a: La ropa de lluvia nunca sirve. No quieran postergar lo inevitable.

En pocos segundos, est谩bamos empapados.

Nuestra misi贸n consist铆a en ubicar 78 madrigueras de Pardelas de Newell y de Petreles Hawaianos que Raine ya hab铆a documentado en esta parte de la reserva, un 谩rea llamada Pohakea. En cada madriguera, busc谩bamos alg煤n ave adulta, huevos y se帽ales de alguna especie depredadora. Film谩bamos con c谩maras de registro del movimiento e revis谩bamos medidores de sonido colocados de forma estrat茅gica para grabar los llamados de las aves. Sin estos controles, que Raine hac铆a religiosamente cada semana desde mayo a diciembre, estas dos especies en peligro de extinci贸n hubieran avanzado hacia su fin. El monitoreo de las madrigueras les permite a los cient铆ficos aprender algo al menos sobre estas aves misteriosas; ambas especies pasan la mayor parte de sus vidas patrullando los oc茅anos sin ser vistas, y cuando se acercan a la costa para nidificar, solo se desplazan por la noche. La cantidad de madrigueras refleja la densidad poblacional, y la actividad proporciona informaci贸n sobre su comportamiento y estado de salud.

El otro motivo por el cual se monitorean es el siguiente: Las aves no han desarrollado defensas contra las hordas de depredadores invasivos que ocupan estos picos de monta帽a, como ratas, gatos, cerdos y Lechuzas Comunes. (Se incorporaron lechuzas a esta zona para que se ocuparan de las ratas, pero solo se empeor贸 la situaci贸n). El monitoreo de las madrigueras aporta datos valiosos. Estos datos valiosos les permiten a los cient铆ficos actuar en consecuencia de manera estrat茅gica.

Durante nuestro primer d铆a, nos toca descender desde la zona de aterrizaje hacia un desag眉e escarpado y luego volver a subir por el otro lado, a un grupo de madrigueras que est谩n en la cadena monta帽osa siguiente. Raine es alto y delgado, y sus brazos y piernas son flacuchos, una contextura que parece moverse en forma fluida y ligera entre los 谩rboles y arbustos. Fowlks y yo luchamos para abrirnos paso; Raine se desliza con gracia.

鈥溌sta parte es un poco empinada!鈥.

Fowlks y yo caemos casi de cabeza al desag眉e, nos tambaleamos, tropezamos, nos patinamos y llegamos agitados. Hay algunas lianas sint茅ticas colgadas de los 谩rboles, Raine las llama correas, y nos permiten movernos hacia atr谩s. Pero por lo general, nos aferramos desesperados a helechos, ra铆ces, vi帽as y cualquier otra cosa que encontremos que est茅 un poco agarrada a la monta帽a. Casi siempre hacemos 鈥渃ulo-pat铆n鈥 a toda velocidad por el bosque, salpicados de lodo y con ramas peg谩ndonos en la cara, salvo cuando caemos en alguna zona colapsada y nos enterramos hasta la cintura. El fondo del desag眉e, cuando finalmente llegamos, es una maravilla primitiva: piscinas que borbotean y peque帽as cascadas rodeadas de helechos y cubiertas por una especie de neblina. Nos detenemos para almorzar algo r谩pido, debajo de la llovizna, antes de que Raine nos haga subir hacia el otro lado.

鈥溌st谩 a unos pasos de distancia!鈥

Cuando finalmente llegamos a la parte superior de las monta帽as, lo veo a Raine acostado y hurgando con su brazo en un hueco debajo de un 谩rbol de ohia. Un Petrel Hawaiano hab铆a cavado su madriguera en el espacio mohoso entre las ra铆ces expuestas del 谩rbol. Raine saca una foto con su c谩mara, saca el brazo y me muestra la imagen: una carita blanca y negra que lo mira desde el hueco oscuro. Ingresa unos datos en su iPad, y seguimos viaje. En un momento, Raine nos advierte que la madriguera que buscamos 鈥渆st谩 un poco dif铆cil鈥, y desaparece en una curva. A continuaci贸n, lo veo colgando de una de las correas, con la otra mano sujetando el iPad y sus pies firmes contra una ladera empinada, mientras mira un agujero de madriguera. Detr谩s del 茅l, se extiende el valle de Hanakap谋鈥檃i, una postal alucinante, y vemos la famosa costa agreste de Na Pali en la distancia. Debajo de sus pies est谩 casi la nada.

Es un cuadro impresionante ver a un cient铆fico trabajando. Raine capacit贸 a un equipo de asistentes igual de dedicados y tenaces que 茅l que en ese momento estaban haciendo lo mismo en otros rincones de Hono O N膩 Pali, colgando de acantilados bajo la lluvia. 鈥淗ay un grupo peque帽o de fan谩ticos a los que les gusta hacer este tipo de cosas, como correr entre la niebla, bajo la lluvia y en cordilleras durante la noche鈥, dice el bi贸logo conservacionista David Duffy, director de la Unidad de Estudios Cooperativos del Pac铆fico en la Universidad de Hawai. Adem谩s, es el jefe de Raine. 鈥淪i no estuvieran un poco fanatizados por esto, no durar铆an mucho鈥.

Para salvar especies amenazadas se necesita tomar medidas extraordinarias, pero es cierto que para conocer bien los enigm谩ticos ciclos de vida, madrigueras inaccesibles y enemigos de las Pardelas de Newell y los Petreles Hawaianos se necesitan habilidades similares a las de los miembros del Grupo de Desarrollo de Guerra Naval Especial de los EE. UU. Y eso es lo que Raine ofrece.

La posibilidad de espiar a estas aves en su h谩bitat, debido a sus h谩bitos nocturnos, es casi nula. As铆 que dos d铆as antes de adentrarnos a lo desconocido, Raine me invit贸 a su oficina para examinar algunos de sus espec铆menes embalsamados. A primera vista las dos especies se ven similares: su cabeza y dorso son negros y sus costados y su panza, blancos, ambas tienen fosas nasales redondas y largas, t铆pico de los Procellariiformes o 鈥渘ariz en tubo鈥. Pero el petrel generalmente tiene una figura m谩s estilizada, y Raine explica que cuando vuela, dejan las alas quietas y planea dibujando arcos. La Pardela de Newell, con una contextura m谩s espigada, es un ave m谩s 鈥渢onta鈥 en comparaci贸n. 鈥淣o planea nunca鈥, explica Raine. 鈥淢ueve sus alas desesperada como si fuera a chocarse en cualquier momento鈥. Escuchamos los audios de sus respectivos llamados; el Newell suena como el rebuzno de un asno, y el petrel hace un un poco m谩s digno. Raine explica que cuando cazan en el mar, la Pardela de Newell se sumerge directo, alcanzando una profundidad de hasta 150 pies para alcanzar a su presa, mientras que los petreles esperan que los atunes y delfines lleven peces de menor tama帽o a la superficie.

Aun as铆, en t茅rminos de ciclo de vida y circunstancias generales, estas especies se asemejan m谩s de lo que se diferencian. Ambas pasan sus primeros a帽os en el mar, y regresan a la costa a sus 4 o 5 a帽os para encontrar una pareja, cavar su madriguera y poner un solo huevo. Durante varios meses, el macho y la hembra se turnan para incubar el huevo y embarcarse en viajes 茅picos en busca de alimento como peces y calamares, y a veces llegan a viajar miles de millas. El huevo eclosiona durante el verano, y para fines de oto帽o ya est谩 listo para su primer vuelo. A miles de pies de altura, corre hasta salir de su madriguera, se arroja al vac铆o y busca, audaz, el oc茅ano, en donde se queda hasta su etapa reproductiva. De diciembre a abril, los adultos tambi茅n se quedan en el oc茅ano, pero regresan a la misma madriguera cada primavera para reproducirse por el resto de sus vidas.

La tradici贸n hawaiana cuenta que en una 茅poca las Pardelas de Newell 鈥渙scurec铆an los cielos鈥, y restos f贸siles han revelado que sol铆a haber enormes colonias de Petreles Hawaianos en siete de las ocho islas principales del estado. Pero eso es parte del pasado. Las expediciones marinas de los a帽os 90 estimaban la poblaci贸n de Pardelas de Newell en 20,000 parejas reproductivas y la de Petreles Hawaianos en 4,500, pero un estudio reciente de Raine, con datos tomados de radares, concluy贸 que ambas poblaciones decrecieron, la primera en un 94 % y la segunda en un 78 %. Hoy en d铆a, lo que queda de la poblaci贸n de Pardelas de Newell se reproduce, casi en su totalidad, en las monta帽as de Kauai. Los Petreles Hawaianos se reproducen en peque帽os espacios en solo cinco de las islas principales.

Para explicar esta disminuci贸n de la densidad poblacional, Raine me lleva a la . Ah铆 conocimos a dos 鈥減acientes鈥, un petrel y una Pardela de Newell, en tratamiento por haber chocado contra tendidos el茅ctricos. Los tendidos el茅ctricos son la peor amenaza para las aves marinas en Kauai. En segundo lugar est谩 la luz artificial. Las luces de las calles y los estadios confunden a los polluelos en sus primeros vuelos y generan que giren en c铆rculos y terminen cayendo, exhaustos. Si la ca铆da no los mata, lo hacen los perros, gatos salvajes o autom贸viles que pasan. Desde 1979 hasta 2015, el programa kauaiano Save Our Shearwaters (SOS), que alienta a los ciudadanos a llevar a aves ca铆das a centros de rehabilitaci贸n, rescat贸 30,522 polluelos de pardela de Newell. En el a帽o 2010, el Departamento de Justicia de los EE. UU. y una coalici贸n de grupos ambientales de Kauai por matar aves marinas, amparados por la Ley de Especies en Peligro de Extinci贸n. Uno de los resultados fue que la compa帽铆a de servicios local, Kauai Island Utility Cooperative, comenz贸 a destinar millones a la conservaci贸n, en medidas que incluyeron gran parte de la financiaci贸n del proyecto de Raine.

En la Humane Society, Tracy Anderson, coordinadora del programa SOS, sostiene una pardela envuelta en una toalla. La peque帽ita asoma la cabeza. Sus ojos se ven muy mal, uno como empa帽ado y otro ya ciego. 鈥淣o mejora鈥, nos cuenta. Van a sacrificarla pronto. El petrel, por otro lado, se ha听recuperado de forma casi milagrosa, de tal manera que Anderson y Raine decidieron colocarle听la identificaci贸n satelital y liberarlo. Vamos a un laboratorio, y mientras Anderson sostiene firme al petrel, Raine utiliza f贸rceps y un hilo de sutura de color azul para coserle un transmisor de $3,500 (cortes铆a de la empresa de servicios) en el lomo. El ave, indignada, la pica a Anderson reiteradamente a trav茅s de la toalla, y ella insulta en voz alta cada vez que siente el ataque. Cuando termina el procedimiento, ella tiene moretones en todo su antebrazo, el petrel tiene una antena de 8 pulgadas que sale de su lomo, y hay una energ铆a combativa en el ambiente.

Los desplazamientos de los Petreles Hawaianos y las Pardelas de Newell por el oc茅ano siguen siendo un misterio para los cient铆ficos, y por eso, al igual que el control de las madrigueras, la identificaci贸n satelital les brinda datos clave. 驴D贸nde suelen alimentarse? 驴Cu谩les son sus amenazas potenciales? Poder diagramar el desplazamiento de las aves con identificadores satelitales, geolocalizadores y registros de datos resulta de vital importancia en la planificaci贸n conservacionista. Durante cuatro a帽os, Raine y Anderson les han colocado 48 identificadores satelitales a ambas especies, y han logrado rastrear a las aves hasta el norte de Alaska y al oeste, hasta Guam.

Para liberar a nuestra听ave, manejamos hasta Makahuena Point, el punto m谩s al sur de Kauai, y caminamos por la negrura de los acantilados volc谩nicos. Hay olas enormes que se estrellan debajo de nosotros, a unos 30 pies de distancia. Est谩 ventoso. Si la liberaci贸n resulta exitosa, Raine podr谩 rastrear el vuelo del petrel con su tel茅fono durante unos 120 d铆as, hasta que se le caiga la identificaci贸n satelital. Anderson coloca al ave sobre una roca. Se tambalea como un adolescente ebrio y luego, con una r谩faga de viento, sale disparada hacia el oc茅ano azulado con direcci贸n al sur. Al poco tiempo desaparece en el horizonte.

Me despert茅 el segundo d铆a de nuestra caminata por la monta帽a dentro de una tienda con piso de madera, un refugio de campa帽a gloriosamente seco, con la mirada fija en el dibujo de un gato pegado en la pared. El gato est谩 sonriendo y levant谩ndole el dedo anular a cualquiera que quiera atraparlo. Este fue el felino que en 2014 y 2015 pr谩cticamente elimin贸 a todos los adultos y polluelos de Pardelas de Newell en media docena de madrigueras de una de las 谩reas de 笔艒丑腻办别补llamada Twin Pu鈥檜, hacia donde nos dirigimos hoy. El equipo de Raine no logr贸 atrapar al asesino, y finalmente desapareci贸. El dibujo sirve como recordatorio de que si bien las aves viven una situaci贸n dif铆cil en las 谩reas pobladas de Kauai debido a los tendidos el茅ctrico y las luces brillantes, aqu铆 en las monta帽as, donde se refugian, tambi茅n sufren hostigamiento. Hace dos semanas, el equipo de Raine encontr贸 los cad谩veres de cuatro aves, una de ellas asesinada por un gato y tres por especies al贸ctonas de Lechuzas Comunes.

Los depredadores invasivos han ocupado cada rinc贸n de Haw谩i, a煤n los picos m谩s altos. 鈥淐ada uno tiene una forma particular de matar鈥, explica Raine, mientras marchamos por una cordillera. Los gatos les sacan la parte de atr谩s de la cabeza a las aves, cortan la carne en pedazos y dejan plumas y pedazos del ave tirados. Las lechuzas comunes cortan met贸dicamente la carne del cuello y el pecho. Las ratas solo comen huevos y polluelos, a los que les mastican la cabeza. Y los cerdos simplemente destrozan todo: la madriguera, al ave, el huevo. Destrucci贸n total.

Todo esto genera un gran desorden ecol贸gico, y Raine parece la persona perfecta para corregirlo. Raine ha sido criado por padres ingleses en Bermuda, y durante los veranos, trabajaba con el ornit贸logo David Wingate, famoso por salvar a la Fardela de Bermudas de su extinci贸n. Uno de los t铆os de Raine escribi贸 e ilustr贸 A Guide to the Birds of Bermuda (Una gu铆a sobre las aves de Bermuda), y otro tuvo una carrera profesional destaca salvando tortugas marinas y aves costeras y marinas de la costa de Texas. Luego de profesionalizarse en Canad谩 e Inglaterra, Raine realiz贸 una serie de proyectos complejos de conservaci贸n en ubicaciones remotas, incluidos el Parque Nacional Kafue en Zambia y la Amazonia peruana.

Pero quiz谩s los cuatro a帽os que pas贸 en Malta ilustran mejor la determinaci贸n de Raine. Malta es el destino que eligen unas 170 especies europeas y africanas, y los cazadores se encargan de destruir a todas, sean especies protegidas o no. 鈥淭ienen organizaciones de caza muy poderosas, y andan con pegatinas que dicen cosas como 鈥榮i vuela, a la cazuela鈥, ya sean murci茅lagos, golondrinas o lib茅lulas鈥, cuenta Raine. Su equipo se adentr贸 en zonas poco concurridas de reservas p煤blicas, dominadas por cazadores, y film贸 videos que m谩s tarde utilizaron para demandarlos. 鈥淎ndre se meti贸 de lleno en la lucha鈥, dice Nicholas Barbara, gerente de Conservaci贸n en BirdLife Malta. 鈥淔ue muy inspirador鈥. Pero su 茅xito tuvo tambi茅n un costo. A Raine lo amenazaron en m谩s de una oportunidad, y a sus colegas les incendiaron sus autom贸viles y espacios de trabajo. Acept贸 el trabajo con las aves marinas de Kauai en 2011 en parte porque, en comparaci贸n con las confrontaciones en Malta, resultaba sencillo.

Seguimos marchando por la cordillera cuando Raine, de repente, se para en seco. 鈥淓sta es una zona de absoluto peligro鈥, murmura. Y se帽ala justo al frente. Los siguientes 30 pies del camino est谩n llenos de trampas. Si Fowlks o yo hubi茅ramos rodado hasta ah铆, pod铆amos haber terminado colgados de una trampa circular met谩lica, un dispositivo dise帽ado para capturar cerdos. M谩s adelante se ven otros dos tipos de trampas para gatos. Finalmente, en una estaca de madera, hay una trampa para ratas Goodnature: un aparato con forma de tubo, disparado por di贸xido de carbono y con una carnada perfumada. Las trampas no las coloc贸 Raine sino sus aliados, el equipo de control de depredadores del sistema de la reserva natural hawaiana. Siguiendo a Raine, Fowlks y yo nos tambaleamos con cuidado entre las trampas.

Raine me designa la vigilancia de las ratas, y paso los d铆as probando trampas, cambiando carnadas y tirando cad谩veres de ratas. En un momento, me dijo: 鈥淢e siento optimista. Ahora conocemos m谩s sobre el control de especies depredadoras. Estamos mejorando nuestras t茅cnicas. Mientras tengamos financiamiento, podemos revertir esta situaci贸n鈥. En Pohakea, los gatos mataron 12 aves en 2014, pero solo uno en 2016. Los cerdos mataron 5 aves en 2013, y ninguna en los tres a帽os posteriores. En 2013, las ratas destruyeron huevos o polluelos en un 4.2 % de las madrigueras analizadas; pero la cifra baj贸 a 2.5 % en 2016. La mejora constante refleja el uso de mejor tecnolog铆a (las trampas Goodnature se empezaron a utilizar en 2014), y mayor conocimiento sobre d贸nde ubicar los diferentes tipos de trampas que usan. En 2017, por primera vez, ning煤n ave de 笔艒丑腻办别补 muri贸 a causa de sus depredadores. Hay trampas similares en otros siete puntos que el equipo analiza, y tambi茅n se ha visto una disminuci贸n en los 铆ndices de depredaci贸n.

Sin embargo, los depredadores contin煤an viniendo. Desde nuestra altura, cerca de una madriguera, vemos la playa de 贬补苍补办腻辫墨驶补颈 a lo lejos. Hace un a帽o fui caminando hasta esa playa, cerca de las cataratas de 贬补苍补办腻辫墨驶补颈. En ambos lugares vi gatos salvajes al acecho y turistas aliment谩ndolos emocionados. Se estima que medio mill贸n de gatos salvajes merodean por Haw谩i, muchos de ellos gracias a la gente. Pero los gatos salvajes de 贬补苍补办腻辫墨驶补颈 son los que lo preocupan a Raine. 鈥淓s una colonia especialmente da帽ina鈥, dice. 鈥淰ienen de ah铆 directo hacia las monta帽as鈥.

Hacia el atardecer, volvemos al refugio, y yo siento que alcanc茅 mi l铆mite diario de resbalones, ca铆das, quemaduras, golpes y calambres, pero luego recuerdo que todo podr铆a ser peor. A veces el solo hecho de tener que ubicar las madrigueras se parece al apocalipsis. Por ejemplo, en 2015, siguiendo sus instintos, Raine empac贸 un medidor de sonido en su mochila naranja brillante y robusta, y la tir贸 del helic贸ptero en un rinc贸n de 笔艒丑腻办别补. Un mes despu茅s, colgando del helic贸ptero, pesc贸 la mochila del bosque con una soga que ten铆a un gancho en la punta. Despu茅s de que el dispositivo registrara en forma ac煤stica que el lugar estaba repleto de petreles, el helic贸ptero los dej贸 a Raine y a otros dos colegas en la jungla, donde decidieron separarse. En ese momento no hab铆a ning煤n refugio de campa帽a. Y no hab铆a senderos claros. Raine pas贸 cuatro d铆as lluviosos solo, recorriendo monta帽as y valles a pie hasta que logr贸 encontrar 58 madrigueras. 鈥淧arec铆a la ciudad perdida de los petreles鈥, cuenta.

Esa tarde, Raine y yo nos sentamos en una monta帽a cerca del refugio con gafas de visi贸n nocturna. T铆picamente, su equipo usar铆a estas gafas para analizar el territorio a primera hora de la ma帽ana, constatar hacia d贸nde volaban las aves y registrar sus llamados, y esos datos les permitir铆an encontrar nuevas madrigueras durante el d铆a. Pero esta noche simplemente disfrutamos del avistaje. Veo que se acerca un ave, y escucho un sonido de vuelo rasante. 鈥淧etrel鈥, dice Raine. 鈥淟as alas son m谩s largas, y no las est谩 agitando, est谩 planeando鈥. Miramos a los petreles cazarse entre ellos, silbando, volando en c铆rculos y cayendo en picada. Es el comportamiento para aparearse. Nunca vemos una Pardela de Newell, pero escuchamos su llamado, que suena como un rebuzno. M谩s tarde, me duermo escuchando el canto particular de听las Pardelas de Newell, que sonido como asnos en la jungla.

La ma帽ana final de nuestra misi贸n, Raine saca su tel茅fono y me muestra una l铆nea roja serpenteante que se extiende de Kauai hasta French Frigate Shoals en las islas de Sotavento de Haw谩i. Es nuestro amigo, el petrel que salvamos e identificamos tres d铆as atr谩s, envi谩ndonos informaci贸n satelital. Ya recorri贸 m谩s de 450 millas. Es libre como el viento. Raine se alegra. Es el motivo por el cual hace este trabajo.

Aun as铆, mientras pasamos las 煤ltimas horas abri茅ndonos paso entre los arbustos y saltando madrigueras, Raine nos dice que el futuro de estas aves sigue siendo incierto, a pesar de sus esfuerzos. Adem谩s de todas las maniobras que realizan aqu铆 en las monta帽as, su equipo est谩 experimentando con l谩ser para brindarles a las aves una barrera visual frente a los tendidos el茅ctricos de la ciudad. Est谩n colocando medidores de sonido en todo Kauai para registrar el sonido distintivo que hace un ave al chocar contra una red el茅ctrica, para poder as铆 identificar las 谩reas m谩s letales de la isla. Est谩n reubicando a los polluelos de pardelas y petreles a Kilauea Point, sobre la costa, en un esfuerzo por establecer una colonia en terrenos m谩s bajos. 鈥淣o sabemos qu茅 va a funcionar, pero hay que intentar todo鈥, dice. 鈥淣o existe una soluci贸n milagrosa para estas aves鈥.

Aunque el helic贸ptero est谩 por llegar, Raine quiere revisar algunas madrigueras m谩s. 鈥淪on unos pasos de distancia鈥, insiste. Pero ya no siento las piernas, y Fowlks claramente necesita ayuda. 鈥淏ueno鈥, dice Raine. 鈥淯stedes qu茅dense aqu铆 y descansen, vuelvo en seguida鈥. Y as铆, bajando con agilidad por una ladera, desaparece entre los arbustos.

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Esta historia se public贸 originalmente en la edici贸n de verano de 2018 como 鈥淭he Secret Lives of Seabirds鈥 (La vida secreta de las aves marinas).听Para recibir el ejemplar impreso de la revista, h谩gase miembro听.