A veces, cuando estamos concibiendo una edici贸n de 探花精选 sabemos desde el principio qu茅 historia e incluso qu茅 imagen esperamos que aparezca en la portada. Otras veces no se nos ocurre nada hasta que es casi la hora de enviarla a la impresora. Ese fue el caso en esta ocasi贸n, con muchos de nosotros reunidos frente a una pared de maquetas, tratando de decidir si, por ejemplo, una toma et茅rea de un alcatraz com煤n tergiversaba nuestra historia sobre voluntarios que hacen una peregrinaci贸n anual a una isla fuera de Gales para rescatar a las aves de crueles enredos entre los desechos de basura pl谩stica que han utilizado para modelar sus nidos. O tratar de averiguar c贸mo podemos transmitir visualmente la ausencia repentina y misteriosa de avifauna en Seahorse Key en Florida. O la b煤squeda de una manera de capturar la urgencia de luchar para salvar al Parque Nacional Yasun铆 de Ecuador, el 谩rea de mayor biodiversidad del planeta, del desarrollo petrolero devastador sin deprimir a los lectores incluso antes dar vuelta la portada. Como suele ser el caso con los art铆culos que publicamos en 探花精选, cada una de estas historias lleva al lector a lugares que pueden ser oscuros y angustiosos. Sin embargo, cada uno, afortunadamente, lleva elementos de esperanza. 驴C贸mo transmitir todo eso en una sola imagen?
Una soluci贸n elegante surgi贸 cuando alguien sugiri贸 que dej谩ramos de ser tan literales. 驴Qu茅 pasar铆a si tuvi茅ramos que publicar, en cambio, una fotograf铆a extraordinariamente hermosa y tranquilizadora que, si bien no se relaciona directamente con cualquiera de las caracter铆sticas de esta edici贸n, de alguna manera significativa evocara a todas ellas? 驴Qu茅 pasar铆a si la imagen de la portada fuera algo tan simple y singular como una pluma? As铆 que eso hicimos. Y sinceramente no puedo imaginar, en este momento, una imagen m谩s potente para la portada de 探花精选 que la fotograf铆a incre铆blemente detallada de la pluma de la cola de un ave lira soberbia que tom贸 Robert Clark.
En , cuya primera l铆nea he tomado para el titular de esta columna, lo que celebra Emily Dickinson, lo que para ella encarna la 鈥渆speranza鈥, es la constancia y tenacidad ante toda clase de reto y peligro que las aves demuestran a quienes lo notan y le importan. Estoy escribiendo esto en un apartamento luminoso, ocho pisos por encima del lado oeste de Harlem y cuando miro por mi ventana hacia el r铆o Hudson, veo gaviotas y bandadas de gorriones que se elevan y se precipitan a trav茅s del cielo. Son sublimes, y me dan consuelo. Y aunque no piden nada a cambio, me inspiran a seguir trabajando, seguir haciendo todo lo que pueda hacer para ayudar.