Por: Comité Asesor de la Enca 2030
Tras dos años de trabajo colaborativo con representantes de todas las regiones del país, hoy queremos compartirles que recoge el trabajo realizado para lograr la actualización de la Estrategia Nacional para la Conservación de las Aves de Colombia - Enca 2030. Nuestro propósito es que todas las personas interesadas conozcan el proceso, las líneas de acción definidas y así se sumen, desde sus iniciativas, a la implementación de la ENCA.
El camino para actualizar la Estrategia no fue fácil. Una propuesta inicialmente planteada para tener espacios presenciales, se convirtió en jornadas de seis horas semanales de trabajo virtual. Nadie imaginaba que el COVID 19 llegaría para quedarse por tanto tiempo, obligándonos al encierro y a pensar, desde nuestras ventanas al mundo, reales y digitales, cómo las aves podrían mejorar la calidad de vida de los colombianos y generar mayor sostenibilidad al país y a la vez proporcionarles el hábitat que necesitan y asegurar su conservación.
Las aves tienen ese poder único y maravilloso de convocar a la gente, de iniciar conversaciones. En nuestro caso, la Enca 2030 no solo inició la conversación y evaluación desde la mirada de los académicos y ornitólogos, que por su quehacer anhelaban esta actualización, sino que fue una oportunidad para tener un diálogo con nuevos actores y sectores, donde a pesar de los diferentes pensamientos, enfoques y visiones, se logró construir una nueva Estrtegia que busca que las aves trasciendan y que seamos reconocidos a nivel nacional e internacionalmente como Colombia, el país de las aves.
Es relevante contar sobre el proceso de construcción de la nueva Enca2030 porque no solo fueron jornadas extensas de manera virtual, sino porque el diseño de construcción fue posible gracias a la metodología de Estándares para la Conservación, compleja de entender, pero que, a pesar de todo, funcionó extraordinariamente para tener una Estrategia recargada.
En total, más de 30 talleres virtuales, con la participación de más de 1500 personas, que se conectaron desde diferentes regiones del país, incluidas zonas rurales, urbanas, oficinas, casas, parques, transporte público y privado, hasta -a veces- en medio de citas médicas, todos unidos por el compromiso de aportar a la construcción de país a través de las aves.
También hubo momentos tensos, cuándo no todos estábamos de acuerdo con las decisiones u objetivos. Esto significó tener más sesiones de la planeadas, que a ratos se traducía en desánimo. Hoy, mirando el texto, el resultado y el esfuerzo más de 2000 colombianos y colombianas, celebramos y reiteramos que valió la pena semejante empresa.
Participación de voces y saberes
La nueva integra visiones a partir de las necesidades de conservación y con un enfoque regional y nacional, priorizando las relaciones entre las personas y las aves. Por eso, cuando empezó a reactivarse la ¨vida social¨, organizamos talleres presenciales, enfocándonos en traer las voces y conocimientos de las comunidades locales, indígenas, afro y rurales, que por temas de accesibilidad no les era fácil participar de manera virtual y aportar sus conocimientos, visiones y expectativas.
Estos espacios presenciales fueron extraordinarios. Ya libres del encierro, volamos a recorrer el país de norte a sur para encontrarnos con pueblos indígenas, campesinos y lideresas que por medio de las aves generan acciones de conservación en sus territorios. Esto nos abrió las puertas a conocimientos ancestrales y a valorar más de cerca la vital relación con las aves en su diario vivir, representada en algunos pueblos andinos con los ¨colibríes que aparecen en los sueños, como mensajeros que indican cómo y dónde sembrar, y que predicen los cambios en el clima¨. O, entre las comunidades del pacífico, donde el saber entiende que son las aves las que indican si es un buen día de pesca.
Sin duda, esta experiencia nos llevó a reconocer que el conocimiento en torno a las aves se da en diferentes espacios y contextos, donde la sabiduría tradicional de los comunidades indígenas y afrocolombianas también son fundamentales para impulsar estrategias de sostenibilidad de las aves en Colombia.
La nueva Estrategia Nacional para la Conservación de las Aves de Colombia no sería posible sin todas las voces, experiencia y conocimiento recibidos de todas las regiones del país; desde nuestras islas hasta los glaciares, por parte de la academia y los expertos, hasta los gremios, artistas, educadores, representantes de la agroindustria y de las entidades y autoridades ambientales, voces unidas en bandada para que Colombia integre efectivamente el modelo económico, social y cultural del país con la conservación, manejo y uso sostenible de las aves.
Aquí: link a de los talleres.